viernes, 3 de febrero de 2017

Fujifilm X-100 "F". La fiel compañera.

No era de extrañar que el lanzamiento de la X-Pro2, con su nuevo sensor, procesador, Joystick, etc. se viera acompañado de una nueva evolución del resto de la familia durante los siguientes meses.
Tras la X-T2, por fin ha visto la luz la nueva X-100 "F".  Si bien el salto entre la Pro1 y la Pro2 fue rotundo, la nueva "F" no se queda atrás y da un paso de gigante respecto a sus antecesoras.



He podido probar durante unos pocos días una unidad preserie, con todas las precauciones que se deben tomar cuando el producto no es final y disparando exclusivamente en Jpeg. Todo y así, ha resultado fácil descubrir las mejoras que incorpora esta cámara.

Hace mucho tiempo que los usuarios de esta cámara reclamaban una batería mejor o bien un cambio radical en este aspecto y con la X-100"F" los deseos se han hecho realidad, ahora la cámara equipa la misma batería que usan cámaras tipo Pro2 o X-T2. Su inclusión, además de ofrecer más potencia, simplifica el problema de llevar encima diferentes baterías y cargadores. Esta es sin duda una de las mejoras que más me han gustado.

Desde siempre he considerado esta cámara cómo la "Razón" y el "Sentido" de toda la gama "X" de Fuji. Ella fue el punto de partida y a ella se le debe toda la evolución y lanzamiento de cámaras posteriores. En mi opinión es el gran buque insignia, aunque esto pueda sonar exagerado si la comparamos por ejemplo con la nueva X-T2, una cámara mucho más rápida, mucho más versátil y que abre ampliamente el tipo de usuario que pueda adquirirla. Para mi, el éxito de estos modelos "X-100" radica en el peso y el tamaño, amén de la calidad, pero es en esas dos virtudes donde habitan mis prioridades. El placer de llevar contigo un equipo realmente pequeño. Incluso si decidimos acompañarla de los dos convertidores que existen en el mercado.

1/125 seg. f/2, ISO 2.500

La nueva X-100 "F" supone, cómo sucediera entra la Pro1 y la Pro2 o bien la X-T1 versus la X-T2, un salto mayúsculo respecto modelos anteriores. Es el modelo que más se distancia de las anteriores y la respuesta la encontramos, entre otras cosas, en la velocidad de su nuevo procesador que inyecta a la cámara mucha más rapidez de funcionamiento. Así mismo cuenta con un rediseño de su parte posterior ahora mucho más limpio, manteniendo la elegancia del modelo,  con todos los botones localizados en la parte derecha de la pantalla y cómo no, la incorporación de ese Joystick que tanto gustó en la Pro2 para poder seleccionar el punto de enfoque.




Su sistema AF es ahora más rápido y durante la prueba ha respondido sobradamente ante las tesituras que se ha enfrentado, incluso con los convertidores colocados. En ningún momento he añorado alguna sistema de enfoque más rápido o preciso. Tampoco busco en esta cámara un AF para hacer deportes sino que me permita hacer sin problemas el tipo de fotografía documental que quiero.

1/15 seg. f/2. ISO 3.200

El trabajo que realiza su sensor de 24 Mb. a altas sensibilidades es bueno y hasta los 5.000 ISO el rendimiento ofrece aquello que esperamos, todo y que el software de la cámara aplica en mi opinión un exceso de "Cocina". Los Jpegs me resultan un poco más tocados que lo normal, aplicando un exceso de mascara  para eliminar ruido que a veces puede llegar a "acuarelar" la imagen. Gracias a la luminosidad de su óptica no he tenido que subir en exceso el ISO durante la prueba, llegando cómo mucho a 4.000 ISO.

Los perfiles de color son los mismos que ya vimos en la X-Pro2 o X-T2. Tanto en color como en blanco y negro tenemos suficientes para seleccionar el que más nos guste. EL sensor sigue con la tendencia de oscurecer excesivamente los negros, algo que en RAW podemos solucionar pero que disparando en Jpeg.  nos obliga a bajar a -2 la intensidad del mismo en los parámetros de cámara.

1/125 seg. f/2.8. ISO 3.200

Todo y que el paralaje de su visor óptico es mejor que el de la X-Pro2, he disparado en todo momento con el visor electrónico. Hace tiempo me habitué a él y realmente cada vez veo menos sentido el combinar dichas opciones. En su lugar preferiría un visor electrónico de mayor tamaño.

Una de las novedades que se ha incorporado en esta cámara y que me ha gustado mucho es la ubicación de un botón programable encima de la palanca de cambio de visor. Su posición tan cercana a los dedos facilita su rápido uso y ha sido ahí donde he destinado el poder seleccionar la corrección que realiza la cámara cuando colocamos alguno de sus dos convertidores ópticos.


Al igual que la X-Pro2, la nueva X-100 "F" tiene el dial de sensibilidades en el interior del dial  velocidades y que accionamos levantando la parte exterior del mismo. Esto le da un look más retro pero a la hora de trabajar es poco funcional. Urge un próximo firmware que permita seleccionar la sensibilidad a través de cualquier botón programable.
Sigue brillando por su ausencia un botón de bloqueo del dial de sobre y subexposición. Esto es algo que vienen demandado los usuarios desde la primera referencia de esta cámara pero que, a diferencia de otras mejoras que se han incorporado en los sucesivos cuerpos, no entiendo muy bien su ausencia.

El trabajo de su Balance de Blancos es correcto aunque tiene su punto débil con luces tipo tungsteno.  Es ahí donde el hecho de aplicar una medición manual de la temperatura de color nos dará mejores resultados.

Han sido pocos dias de prueba pero esta vez he querido utilizar sus convertidores más frecuentemente. En especial el que convierte su 23mm. en un 18mm. (28 en FF) y la verdad es que los resultados que ha ofrecido han sido muy buenos. Fujifilm ha lanzado una evolución de estos dos conversos que a diferencia a los existentes hasta ahora, una vez enroscados en el frontal de la cámara son detectados automáticamente, sin la necesidad de ir al menú de la cámara para seleccionar su uso.

Para finalizar, me avanzo a la pregunta pertinente ¿Vale la pena el cambio si ya tengo una X-100, sea cual sea el modelo? y la respuesta es rotunda, SI. Una respuesta afirmativa mucho más contundente que en anteriores referencias  porque toda la evolución de los nuevos modelos Fuji de última factura marcan tantas mejoras en todos los sentidos que sería absurdo ponernos a divagar tontamente.

Ocurrió con la X-Pro2 y luego con la X-T2. Ahora esta "F" aporta tal cantidad de diferencias y mejoras  que, todos aquellos amantes de esta cámara y poseedores de la misma, las notarían a los pocos segundos de tenerla en la mano. Centrándonos en las principales novedades valoro muchísimo el cambio de batería y ese nuevo botón alojado en la palanca de cambio de visor. El resto ya lo conocíamos. Sigue con ese encanto añejo que nos cautivó a muchos, eso si, con muchos caballos de potencia.
Puestos a imaginar, ¿que tal la veríamos cómo acompañante de la nueva GFX 50s de medio formato?
Que tentación...

Actualización:
Al tratarse de una cámara muy preserie la usada para esta prueba, en las unidades finales podemos colocar el dial de sensibilidades en posición "A" y seleccionar el valor ISO por el dial frontal de la cámara.