Marchar de vacaciones es siempre deseado para cargar pilas y huir de nuestra rutina diaria. Si a esto le sumamos la posibilidad de ir acompañados por la nueva
Fuji GFX de medio formato, al viaje se le suma un aliciente más que interesante.
Aunque ya han pasado algunos meses desde que realicé esta prueba, y a la espera de probar el 45mm, he preferido compartir con vosotros lo que fue ese primer encuentro y no retrasar más la publicación de este artículo.
Me acompañaron en esa prueba el
GF63mm./2.8 R WR y el
GF120mm./4 R LM OIS Macro, Los 50Mp que ofrece el sensor me obligaron a coger las tarjetas de memoria con más capacidad y el ordenador portátil para ir descargando las fotografías. Este año los recuerdos de vacaciones serían gordotes, gordotes y comprobé si es cierto eso de “…caballo grande, ande o no ande .”
Durante años tuve la suerte de tener una cámara 6x6 con el cual realicé bastantes reportajes. Me gustaba esa forma de trabajar más reflexiva y a día de hoy os aseguro que la añoro bastante.
Hasta hace relativamente poco, adquirir una medio formato digital era algo muy exclusivo por los precios que alcanzaban en el mercado. Ya en su momento Pentax dio un buen puñetazo con su 645Z (grandísima cámara) al colocar su precio en cotas más terrenales y ahora Fuji ofrece con esta nueva GFX la posibilidad de adquirir un cuerpo más pequeño y liviano, repleto de ventajas tecnológicas, por debajo de los 7.000 Euros. Si queremos el GF63mm/2.8 cómo punto de partida tendremos que sumar unos 1.599 Euros. Así pues tendremos nuestras medio formato más lente por 8.599 Euros. Ciertamente no es un precio popular pero si lo comparamos con otros fabricantes en los que el precio mínimo son unos 15.000 Euros. está realmente bien.
Si habéis tenido experiencia con cámaras Fuji te haces rápidamente a ella. Todo es muy parecido a sus hermanas pequeñas salvo el tamaño. El menú, los diales o los pulsadores resultan muy familiares así que no presto mucha atención al Manual y la configuro con los mismos parámetros que aplico en las “X”: Tono de Negros a -2, enfoque a -1, formato RAW (a veces le sumo el Jpeg. de poco tamaño) y perfil de color “Classic Chrome” que iré alternando con el monocromo. Ajustar parámetros de enfoque y tono disparando sólo en formato RAW puede sonar algo extraño pero si lo hago en ambos formatos, los Jpeg. me sirven para valorar en cierta medida los resultados que voy obteniendo.
La ergonomía de esta cámara es buenísima, tanto que a los pocos segundos de estar trabajando con ella nos olvidamos que tenemos en nuestras manos una cámara de medio formato, lo cual tiene sus ventajas pero también su desventaja, aunque sobre esto hablaré más adelante. A destacar el adaptador que ofrece Fuji gracias al cual podremos levantar el pentaprisma verticalmente o bien girarlo hacia los lados.
Mi perra Lua nos acompañó durante estas vacaciones así que empecé probando la cámara con ella, utilizando el Joystick trasero para variar el punto de foco. Su incorporación en la parte trasera del cuerpo es un gran acierto, disparando con el GF 63mm./2.8 a su máxima apertura para buscar ese desenfoque tan peculiar de las cámaras de formato medio y me centro en sus ojos cómo zona de enfoque.
No fue fácil porque “Lua” no dejaba de moverse así que...paciencia. El sistema de Autoenfoque cumple su cometido, aunque no debemos esperar de ella la rapidez de cámaras aps-c o fulll frame. Estamos jugando en la “Liga del Medio Formato” así que en este sentido los parámetros cambian, y aunque cabe destacar la rapidez de enfoque de la GFX en comparación con otros modelos de medio formato, creo que se debería trabajar algo más el tema del seguimiento, tal vez con un nuevo firmware.
Observando la imagen en el ordenador empiezo a sacar conclusiones. Los objetivos Fujinon que “visten” este sistema arrojan una calidad soberbia. Según el fabricante, se trata de lentes preparadas para sensores de 100 Mp por lo que los 50Mp de la GFX son engullidos con toda tranquilidad cómo podéis observar con el crop en el ojo de Lua.
La GFX no lleva filtro de paso bajo para lograr más definición aunque a cambio puede aparecer en algunas imágenes el efecto Moire. En mi caso he apreciado este efecto en algunas imágenes. El recorte en la zona de foco, sumado al trabajo del sensor, es afilado, muy afilado y en el momento de revelar el RAW en ocasiones rebajo un poco el enfoque de la captura en función del tipo de fotografía que esté realizando. En el caso de Arquitectura o Naturaleza no me importaría esa alta definición pero en el caso de personas prefiero un foco más sutil, más suave. Me resulta difícil explicar técnicamente y que sea entendible esa voluntaria perdida de recorte pero creo que poniendo un ejemplo me comprenderéis mejor. Imaginar una televisión de 4K. No cabe duda que la calidad de imagen es espectacular y el recorte de lo que en ella aparece es extraordinario, pero ¿Es real? Personalmente creo que no ya que nuestra vista no recorta de manera tan exagerada. Pongamos otro ejemplo, pensar en las películas “El Padrino” y “Avatar” ¿Qué textura de imagen os gusta más entre ambas? Yo me quedo con “El Padrino” sin duda alguna. Esa textura tiene Alma mientras que “Avatar” parece casi un video juego, y eso que en cuanto definición tiene muchísima más que la película de Coppola.
Es una cuestión de gustos y aunque me consta que no soy el único fotógrafo que ha probado esta cámara y ha reducido foco, estoy seguro que habrá futuros compradores potenciales que verán en este recorte una de las razones de peso para adquirir esta cámara. Veamos otro ejemplo, esta vez nos centramos en la marca pintada en el tronco del árbol.
PERO... ¿ESTAMOS REALMENTE ANTE UN MEDIO FORMATO?
Desde que salieron al mercado las primeras cámaras con un tamaño de sensor mayor que el Full Frame, me extrañó la denominación que les otorgaron llamándolas “Medio Formato”. Hasselblad, Phase One, Pentax, etc. se lanzaban al ruedo de la Liga Mayor con un tamaño de sensor mucho más cercano al formato 35mm que al originario 6x6. En el siguiente dibujo podéis ver pintado en azul el tamaño de un sensor Full Frame, en verde el tamaño del sensor de este tipo de cámaras y en rojo lo que sería la superficie de un negativo de 120mm o 6X6.
Hace unas semanas, hablando con un fotoperiodista, comprador potencial de la GFX, me decía que por fin podría hacer en digital lo que hacía con su 6x7 de película, mientras me mostraba unas imágenes realizadas con dicha cámara de película. Lo primero que se apreciaba en ellas era un desenfoque trasero suave, muy estético. Le comenté que en cuanto ergonomía y peso nada que objetar pero que se olvidara de obtener ese bokeh con estas cámaras digitales ya que no podía comparar un tamaño de captura 6x7 con un 3x4. Hasselblad cuenta con el modelo H6D 100c de 100Mp y un tamaño de sensor de 53,4 mm. x 40 mm., también tenemos el sistema XF 100MP de Phase One con las mismas dimensiones de sensor. Ahí si que posiblemente empezaríamos a contar con ese desenfoque al aumentar las dimensiones del sensor pero a cambio de pagar la friolera de mas de 28.000 Euros. También se comenta que la próxima Fuji GFX podría estar en esas cantidades tan apetitosas de 100 Mp. aunque lo importante para conseguir ese efecto es que aumente el tamaño de sensor, no que se sumen 50Mp más a la misma superficie.
En mi opinión, el Medio Formato Digital debería empezar en esas cotas ya que sería, más o menos, la relación más cercana a cuando usábamos película de 35mm y 120mm. No debemos olvidar que el hábitat de las imágenes realizadas con estas cámaras no es precisamente Facebook, Instagram o similares, para ello ya tenemos teléfonos que nos dan una calidad más que notable. Incluso en ocasiones, al ver una foto realizada con esta cámara y publicada en alguna red social, he leído comentarios cómo: “… esa foto la hago yo con el móvil..” Puede ser, aunque ya puestos me gustaría ver ambas fotos ampliadas a 100x100 cm. Tampoco será la pantalla del ordenador donde disfrutaremos de su poderío sino al realizar copias de un metro hacia adelante donde realmente saborearemos la calidad de la toma y hallaremos la razón de ser de estas cámaras.
Por lo tanto, creo que lo más acertado a la hora de hablar de este tamaño de sensor de 43,8 mm. x 32,9 mm. es hacerlo sobre un nuevo formato, a caballo entre el 35 mm y el 6x6, que nos permite jugar con distintas proporciones, desde la original que nos ofrece su tamaño real o relaciones 6x6 o 6x7 recortando un poco su resolución. Considero importante disparar con el formato elegido en lugar de cortar la imagen posteriormente en Photoshop ya que nos obliga a pensar de otro modo y esto se nota muchísimo en la composición de la imagen.
Pero volvamos a la prueba que nos compete y para ello cambio el GF 63mm por el GF 120mm Macro estabilizado. Este es un objetivo de tamaño considerable. Al tratarse de un objetivo Macro, el recorrido del tambor también es mayor y tiene en la corta distancia su gran potencial aunque podemos utilizarlo perfectamente para otros tipos de fotografía. Esta vez la “víctima” es mi hija a la cual le hago el siguiente retrato. La proporción elegida es la 6x7 gracias a la cual contamos con un documento de 128Mb, con unas medidas a 300ppp de 61cm. en el lado más largo. Unas medidas que podríamos doblar tranquilamente en el RAW sin que el documento sufriera, pero lo escalo hasta llegar a los 100cm en su parte más larga. A ese tamaño de 100cm. x 85cm. el detalle de su cara es escalofriante, sus pestañas las observamos perfectamente detalladas, así como los poros de su piel.
Y ya que contamos con este objetivo macro, aprovecho para hacer "Florecitas" (...esto de estar de vacaciones le pone a uno tierno). Nunca me ha atraído excesivamente la Macrofotografía pero no vamos a desperdiciar la ocasión para inmortalizar una gota de agua apunto de caer de la hoja.
ERGONOMÍA
Al inicio del artículo comentaba sobre las ventajas y desventaja de su tremenda ergonomía. La GFX es una cámara pequeña con un tamaño de cuerpo casi idéntico a una Canon 5D por lo que llevarla encima no supone un esfuerzo extra ni notaremos un peso excesivo. Con el GF 63mm/2.8 se siente prácticamente igual que una Full Frame y tanto la disposición de diales, pulsadores y diseño de su empuñadura hacen que si asiente firmemente en nuestra mano. La suma de todas estas virtudes hace que podamos variar prácticamente todos los ajustes sin sacar el ojo del visor con todas las ventajas que esto conlleva. Pero entonces… ¿Dónde está la desventaja?
Para contestar esta pregunta permitirme entrar en modo "Romántico" para remontarnos a los tiempos analógicos y pensar en el modo de trabajar con una cámara 6x6 a la hora de realizar un reportaje, no una sesión de estudio. Eran cámaras lentas, su enfoque manual era delicado en el momento de fotografiar sujetos en movimiento, eran sólo 12 disparos por carrete, etc. pero todas estas, digamos, “incomodidades” hacían que fuéramos más reflexivos en el momento de mirar, de fotografiar, dando cómo resultado una forma de ver y contar distinta en comparación a si lo hiciéramos con una cámara de 35mm.
Cada tipo de cámara nos coloca de un modo distinto ante lo que queramos fotografiar. No es lo mismo hacerlo con una cámara de placas, un medio formato, una réflex de 35 o una telemétrica porque cada una nos adentra en un modo de ver distinto. Es por ello que la gran ergonomía de la GFX hace que a mi cerebro le cueste entrar en “Modo Medio Formato” y mi punto de vista se acerque más al que podría obtener con una cámara Full Frame. Para evitarlo intento varias cosas.
Disparo directamente con una relación 1x1 o bien lo que sería un 6x7 lo que ya me obliga a componer de forma distinta. La GFX tiene una pantalla trasera que podemos dirigir hacia arriba y hacia abajo. Si lo hacemos hacia arriba podemos usar la pantalla para disparar a la altura del estómago. Ese punto de vista es muy característico de las cámaras antiguas de medio formato porque bajábamos nuestra mirada unos 50 cm. al mirar, según el modelo, por el fresnel. Recordar aquella metáfora a la hora de referirnos a modelos Medio Formato tipo Rollei o Hasselblad sin el pentaprisma “…son cámaras especiales porque se mira desde el estómago.”
Sirva cómo ejemplo el maravilloso trabajo de Vivian Maier y ese punto de vista tan especial de sus imágenes. Son tan sólo 50 cm. desde el estómago y unos 25 cm si miramos desde el corazón pero… cómo cambia el mundo!!!!!
Lo que busco con todo esto es, en cierto modo, incomodarme a la hora de fotografiar, pero con ello no penséis: ¡¡Airob se ha vuelto loco!! porque cómo reza la canción de Ketama “…no estamos locos, que sabemos lo que queremos” o en este caso "...lo que buscamos".
¿Y que quiero? Quiero las ventajas tecnológicas que ofrecen estas cámaras pero a la vez esa cierta “incomodidad” que me obligue a mirar distinto. Llegados a este punto me gustaría sugerir a Fuji el lanzamiento de un tipo de “cazoleta”, similar a las lupas que se usan para filmar video con cámaras DSLR pero sin la parte posterior, que pudiéramos colocar en la pantalla trasera y que permitiera trabajar con ella protegiéndola de la luz del sol. Ahí queda la idea, aunque con paciencia podemos construirla nosotros mismos con cartón duro. Si trabajamos solo con la pantalla trasera podemos retirar el pentaprisma y a cambio rebajaremos el volumen de la cámara. Una opción realmente interesante.
Y hablando sobre la pantalla trasera, esta tiene la ventaja de ser táctil y si lo precisamos podemos activar, entro otras cosas, la función de elegir el punto de enfoque tocando con nuestro dedo la zona deseada. Según el tipo de fotografía que hagamos es muy práctico al no tener que estar mirando todo el rato por el visor. Otra de las virtudes que me ha gustado es el nivel en 3D que podemos fijar en el visor el cual no sólo nos informa de la inclinación lateral sino también si tenemos la cámara orientada hacia delante o hacia atrás.
LA CAPTURA DEL SENSOR
No hace muchos años disparar con una cámara de medio formato digital a 800 ISO y obtener un resultado decente hubiera sido pura fantasía. Los modelos actuales han superado con creces esas cotas ISO elevándolas muy por encima y con una calidad sobresaliente. En este sentido esta GFX lo hace de manera sobresaliente. No he forzado excesivamente el sensor porque tampoco lo he precisado llegando como mucho a disparar a 3.200 ISO. En concreto la imagen que podéis ver a continuación la realicé a dicha sensibilidad durante el pregón de las fiestas de Roda de Isábena (por cierto, un pueblo que si no conocéis, no sabéis lo que os estáis perdiendo).
Disparada con el 63mm a 1/60 seg. A f/2.8, si la observamos al 100% de su tamaño sorprende la limpieza de la toma y la definición de la pared del edificio.
(Probarla a más ISO)
La GFX incorpora los mismos perfiles de color que los modelos aps-de este fabricante. De todos ellos es el llamado “Classic Chrome” y el Monocromo los que utilizo normalmente, al menos cómo punto de partida. La captura tiene esa tendencia que ya hemos visto con el sensor X-trans II de oscurecer los negros pero la recuperación que podemos obtener en estas zonas de sombra es realmente espectacular. Por lo que he podido comprobar, a la hora de medir la luz tendremos que poner atención en las altas luces y priorizar en ellas la medición ya que las sombras podremos recuperarlas sobradamente en la postproducción posterior. Un ejemplo claro es la siguiente imagen de este paisaje realizada en formato RAW. En primer lugar veis la toma que realicé con la cámara sin retocar nada, midiendo la luz en las luces y dejando las sombras totalmente oscuras.
A continuación podéis observar cómo he salvado toda la información que teníamos en la zona inferior de la imagen jugando principalmente con el ajuste de sombras de Lightroom y un poco el de altas luces.
Ahora observamos otra imagen pero con la diferencia de haber medido la luz en la zona de sombra, quemando la zona de altas luces de la montaña.
Y ahora la imagen tras intentar salvar las luces.
Como podéis ver en este ejemplo es mucho mejor medir sobre luces y salvar las sombras posteriormente. Es un caso muy extremo pero he querido llevar a cabo para una mejor comprensión del trabajo del sensor en la recuperación de detalles en las zonas oscuras.
Siempre es muy importante saber cómo reacciona nuestro sensor y conocer cómo actúa en cada zona de luz.
Aunque se trate de un sensor CMOS, este tiene una matriz de color muy parecida al X-Trans II.
Los Jpeg. que produce me parecen con un exceso de retoque, demasiado software actuando, y esto lo apreciamos claramente cuando trabaja a altos ISO al obtener resultados muy limpios pero algo acuarelados cuando los observamos al 100%. Si disparamos en RAW podemos mejorarlo bastante.
Las pieles tienden a adquirir un ligero dominante magenta. En este punto quiero dejar claro un concepto. Sigo la página oficial de esta cámara en Facebook gracias a lo que he podido ver muchísimas fotos realizadas con esta cámara. Muchas de ellas son de moda y han bien han sido realizadas con flashes de estudio. Esto significa que la luz es de buena calidad. En mi caso ocurre todo lo contrario, cómo fotoperiodista he de trabajar en muchas ocasiones con tungstenos o fluorescentes o bien con poca luz. Por esta razón preciso de un trabajo del balance de blancos muy bueno. Durante la prueba la GFX se ha comportado bastante bien en este sentido salvo con el tungsteno. En el momento de trabajar bajo este tipo de luz es preferible realizar el Balance en Manual y así obtendremos mejores resultados. Os recomiendo usar "Classic Chrome" cuando trabajéis bajo esta luz.
Cabe destacar la gama tonal de este sonar cuando trabajamos en B/N. La posibilidad de elegir entre el perfil "Acros" o Monochrome", completados por los filtros amarillo, rojo y verde nos abre un abanico de posibilidades muy interesante. En la siguiente imagen podéis ver cómo existe detalle en la copa del árbol así como en el camino de cemento claro.
CONCLUSIÓN
Creo que lo más acertado a la hora de valorar esta cámara es olvidar toda experiencia pasada con cámaras analógicas de medio formato. Si no lo hacemos corremos el peligro de ser esclavos de una comparativa romántica pero con sentido. Porque tras lo observado en este test creo que aquellos enamorados del mundo analógico y que sigan trabajando con él (que no son pocos) se sentirán extraños, que no defraudados, con este nuevo sistema de Fuji. Para contar con más opiniones, mandé esta fotografía a dos profesionales de primera linea del fotoperiodismo y el documentalismo que actualmente siguen fotografiando con sus cámaras de Medio y Gran formato analógicas. Seis ojos ven mejor que dos.
Realizada sobre las 16 horas de la tarde, se trata del Jpeg. directo de cámara sin ningún tipo de ajuste posterior. En ella tenemos diversas zonas de luz, desde sombra cerrada a altas luces, y en todas ellas tenemos información. El trabajo del sensor en este sentido es intachable.
Ambos fotógrafos destacaron la tremenda calidad de la toma. Uno de ellos veía en los bordes de las paredes un exceso de recorte "...las paredes son cómo Gillettes" apuntaba. El otro, sin despreciar esa definición, prefería seguir con el grano de sus películas. "...No es la primera cámara digital de Medio Formato que he probado o veo resultados. Todas ellas me han parecido alucinantes pero..."
Ninguno veía claro cambiar al formato digital. El uso de película es parte de su seña de identidad y estilo.
Pero dentro del mundo del Documentalismo también existen autores que no les ha supuesto ningún problema cambiar a este tipo de formatos digitales. Sin ir más lejos el fotógrafo belga de la agencia Magnum Carl de Keyzer es uno de ellos y aunque sus últimos trabajos los ha realizado con la Pentax 645Z al ser Embassador de esta firma en Bélgica, me sorprendió
verlo en este video fotografiando con un GFX.
A diferencia de los dos otros fotógrafos, de Keyzer si decidió dar el paso al formato digital hace ya tiempo. En sus exposiciones es normal ver copias de gran tamaño y precisa de estos Mp extras que ofrecen estas cámaras. Es por ello que utilizó Phase One para su trabajo "Moments before de flood" y una Pentax 645Z para "Cuba. La Lucha".
Cómo podeis ver, cada fotógrafo se inclina hacia las herramientas que ofrecen lo que busca. Es por ello lo que apuntaba antes sobre una "... comparativa romántica pero con sentido."
Confieso que soy enamorado de la Fuji GF670 que se presentó en 2008 en la PMA de Las Vegas.
Con su 80mm/f 3.5 me gustó desde el primer momento que la vi (paralelamente salió la GF670W con un 55mm/4,5). Lástima que sea tan complicado adquirirla tras ser retirada del mercado en 2014.
La nueva GFX abre una nueva vía dentro de la oferta que Fuji ofrece a sus usuarios. No es una cámara para el gran público (si así lo fuera estaríamos viviendo en Suiza o Qatar) pero pretendientes no le faltan y quien la posee está absolutamente prendado. Sorprende la manejabilidad de su diseño y el poco peso del conjunto. Al igual que sus hermanas pequeñas, no viene para sustituir sino para complementar la necesidad que tengan todos aquellos fotógrafos en obtener documentos de mayor tamaño sin perder calidad. No puede ser comparada con una FF de 36 o 50 Mp. porque aquí el tamaño importa casi más que la cantidad de Mp.
El tamaño del pixel de esta cámara es 1.7 veces más grande que un pixel de un sensor FF.
Y aunque se trate de una "Medio Formato" he de confesar que tras su uso durante todos estos días, ha predominado en mi la sensación de tener en mis manos una Full Frame pero con mucha más calidad en lugar de una cámara con la cual tal vez pueda elaborar otro tipo de lenguaje o narrativa fotográfica, tal y cómo he podido experimentar con cámaras analógicas tipo Hasselblad o Mamiya 7. Esto que puede parecer algo negativo va absolutamente condicionado a lo que busquemos en este tipo de cámaras porque si nos centramos en la GFX nos aporta muchas cosas buenas. El trabajo a ISO altos ofrece una calidad más que correcta porque ante el caso de precisar sensibilidades estratosféricas, de esas que todo el mundo pregunta pero nunca usa, optaría por otra tipo de cámara. Me quedo con las ganas de probar el nuevo 110mm f/2 porque todo lo que he leído sobre él lo encumbran a cotas realmente espectaculares y, cómo no, el 45mm (35mm en FF) por tratarse de una distancia focal que utilizo muchísimo para todo tipo de reportajes.