Este post llega con un día de retraso pero el descubrimiento de los tres documentales de Cartier-Bresson propició el retraso.
Hoy hablamos sobre el Tsunami que ha azotado Japón. Ni os cuento la cantidad de imágenes que están llegando, es por ello que he querido centrarme en cuatro de ellas. Son las opciones más utilizadas por los medios de comunicación el día después de la catástrofe.
En primer lugar observamos esta impresionante imagen realizada por Kyodo News y difundida por todas las agencias internacionales. En mi opinión es la mejor imagen del día ya que muestra el momento del inicio del Tsunami al llegar a tierras japonesas, instante que nunca se había visto en anteriores ocasiones.
Fue la fotografía que utilizaron la mayoría de los periódicos. Incluso, "El Periódico de Catalunya" la juega usando la contraportada del diario para publicarla a mayor tamaño.
Otra imagen utilizada en portadas y sobre todo en páginas interiores es la siguiente. Observar que a pesar de ser horizontal, los medios que más apuestan por ella en sus primeras páginas, reencuadran la imagen casi del mismo modo.
La tercera imagen muestra un gran remolino en el agua. Su verticalidad a propiciado también su uso para portadas donde la imagen reina en toda su extensión como en "Liberatión" y "The Independent".
El fuego es el protagonista de la siguiente imagen, si bien la fotografía que aparece en "El Mundo", "Público" y "The Guardian"
no es la misma, pertenece a la misma serie. En mi opinión es la selección menos acertada al mostrar las consecuencias y no el momento de la catástrofe, hecho tan presente en las dos primeras imágenes mostradas. Ocurre algo similar con el anterior ejemplo con la imagen del remolino.
Una última opción han sido los medios que han utilizado el dibujo del sismógrafo para ilustrar sus portadas. Algo frío teniendo en cuenta el potencial de las imágenes pero que en el caso del "Franffurter Allgemeiner" está muy acorde en la linea editorial gráfica de este rotativo.
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ResponderEliminarFelicidades por tu trabajo, es realmente muy ilustrativo del oscuro y necesario trabajo de los editores gráficos. Aunque yo sigo prefiriendo la calle.
ResponderEliminarY yo. Es por eso que regresé a la calle a fotografiar y edito solo los días que me toca guardia o bien hago alguna sustitución.
ResponderEliminarHay tres o cuatro imágenes de las que quedarán. Me encanta la idea de El Periódico de poner la foto apaisada.
ResponderEliminarPero después de ver imágenes de todo tipo, yo me pregunto... ¿Dónde están los cadáveres? Ha habido fotógrafos que han seguido a los equipos de salvamento que, inevitablemente, se han tenido que topar con cadáveres. Hace un año veíamos haitianos muertos por todas partes, así que no entiendo dónde está el filtro, si en las agencias que no las envían o en los medios que no las publican.
Eduardo,
ResponderEliminarEstas imágenes son del primer día. Casi todo el material era aéreo. Fijate en los diarios de hoy lunes. La cosa cambia totalmente.
Bueno, esperemos unos días a ver qué pasa, pero de momento apenas puedo ver un cuerpo cubierto por una manta como si durmiese (AP), una mano que sale de entre los escombros, un cuerpo fotografiado desde lejos (Reuters)... No creo en el gore por el gore, no es que necesite ver muerte para ver una historia contada, pero me sorprende que haya tal diferencia entre uno y otro terremoto.
ResponderEliminarSerá de interés la visibilidad y visualización de los cadáveres, como se resuelve en el primer mundo y en otros. Pero, Eudardo, creo que ya hay matices por la dimensión y forma de la catástrofe. En Haití, además de mucha más mortandaz, los edificios son los asesinos al desplomarse. En Japón es el maremoto. Por la imponente y desmesurada fuerza, cualquier cuerpo humano ha tenido que sufrir mucho más destrozo o quizá directamente se ha, joder, no se me ocurre como decirlo, volatilizado en la furia salvaje de la montaña de agua y destrozo. Recuerdo que en el 11 s neoyorkino que hubo un aspecto que me sorprendió mucho: sobre las cinco de la tarde con las torres ya caidas, pegado a la tele hasta que tuve que salir para un bolo, las teles dieron una conexión con los hospitales y emergencias de la ciudad. Insólitamente estaban vacios y yo salí con la mochila y la perplejidad. El curro era hacer unos retratos de situación para una revista de las llamadas femeninas, sobre peligros en el hogar: retratar la circustancia de una familia a la que la olla a presión le había estallado produciendo destrozos considerables en la vivienda. Un tema banal que recuerdo por la fecha y la circustancia. Impactado por el atentado y la falta de heridos en los hospitales que eran las imágenes con que salí de casa, al de un rato caí en la cuenta de que heridos pocos iba a haber, que las víctimas serían fundamentalmente mortales.
ResponderEliminarSalud y saludos.
Sí, claro que hay una diferencia enorme sobre todo en el volumen de la catástrofe. Pero me resulta extraño que lo más cercano a un cadáver sea la foto de un cuerpo tapados con mantas, o una mujer rezando "frente a los restos de un pariente" sacada de muy lejos. No creo en la sangre por la sangre, pero me molesta pensar que pueda haber un doble rasero.
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