viernes, 22 de marzo de 2013

Nos dejó el "Lanzador de mensajes".

Hoy nos ha dejado el gran pianista Bebo Valdés. Tuve el inmenso placer de compatir con él muchos momentos durante el rodaje del documental de Fernando Trueba "El Milagro de Candeal" en Salvador de Bahía.
Tras desayunar con todo el equipo, Bebo siempre se iba a "Calentar Manos" a un pequeño y desafinado piano que había en la casa. Era el mejor modo de empezar el día.


Gracias a la pasión de Fernando Trueba por la música, Bebo vivió una segunda juventud repleta de éxitos: su participación en "Calle 54", "Lágrimas Negras", "Suite Cubana", "El Solar de Bebo" o el maravilloso "We could Make Shuch beautiful music together" grabado junto al violinista Federico Britos, se convierten ahora en memoria musical, esa que nunca se debemos olvidar.

Una tarde, tras la comida, hablando con Bebo sobre la música que había compuesto y me dijo:
"... he compuesto muchísimos temas pero a mi edad siento que son como pequeños mensajes que lanzo para quien quiera los recoja." 

Descanse en Paz Maestro.

jueves, 14 de marzo de 2013

Fumata blanca.

Contradiciendo todas las apuestas, finalmente el nuevo Papa es argentino. Ayer por la tarde se daba a conocer el máximo representante de la iglesia católica, nombramiento que fue a manos del arzobispo de  Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio. 
Aprovechando mi presencia en la redacción, editando un trabajo que había realizado horas antes, quise hacer el seguimiento de la recepción de imágenes del momento. Como ha ocurrido en otras ocasiones, la agencia AFP volvía a ser la primera en el envío de imágenes
Eran las 20:24 horas cuando se recibía la primera imagen del nuevo Papa realizada por el fotógrafo de dicha agencia Filippo Monteforte.


Dos minutos más tarde llegaba la propia de la agencia Associated Press, obra de Andrew Medichini.


Tenía cierta curiosidad por la imagen del fotógrafo Dylan Martinez de la agencia Reuters ya que cómo se había anunciado días atrás, estaba utilizando un zoom 1200-1700mm.


Pero no fue la suya la primera imagen que se recibió sino la de Max Rossi, 5 minutos después de la imagen de AFP, exactamente a las 20:29 horas.


Exactamente en el mismo minuto llegaba la primera fotografía de la agencia Getty, realizada por su fotógrafo Peter Macdiarmid. Esta aportaba un plus respecto al resto de fotografías recibidas. La luz que reinaba en el Vaticano en el momento de aparecer el nuevo Papa era más bien justa lo que presagiaba unas imágenes con cierto ruido y muchísima ampliación dada la distancia existente entre el balcón y la posición de los fotógrafos. La calidad de la toma de la imagen de Getty era sustancialmente mejor que la del resto de agencias y esa fue la tónica en el resto de fotografías recibidas.


A las 20:49 h. recibíamos la primera imagen distribuida por la agencia EFE, realizada por el fotógrafo Michael Kappeler.


Cómo supondréis, la cantidad de imágenes que se recibieron durante la primera hora fue enorme.
Hoy observamos las portadas de los principales medios de comunicación para comprobar que tipo de imagen de ha utilizado más, empezando por los medios españoles.







En cuanto a los medios Internacionales estas han sido algunas de sus portadas.






Cómo curiosidad, el británico "The Mirror" relaciona el titular "La nueva mano de Dios", con el polémico gol que Maradona marcó en el Mundial del 86.


El deportivo "Marca" ha utilizado el nombramiento de Bergoglio para relacionarlo con la actualidad deportiva.


El nombramiento de Francesco I, nombre por el cual se conocerá a partir de ahora Papa argentino,ha venido acompañado por su relación con la dictadura de Videla. Desde que se dio a conocer su elección, las redes sociales se llenaban de artículos publicados anteriormente sobre su actitud durante los años de dictadura argentina. Hoy algún que otro medio del país lo reflejaba en su portada. 

viernes, 8 de marzo de 2013

El iPad, sus apps y el fotoperiodismo.

Que el iPad es un juguete muy, pero que muy bonito creo que es algo en lo que estamos de acuerdo. No sirve para todo pero si sus prestaciones se ajustan a nuestras necesidades podemos sacarle mucho jugo. Poco a poco las tablets se van introduciendo en nuestro mundo, bien cómo plataforma para mostrar trabajos, bien cómo unidad de envío de imágenes a nuestros respectivos diarios, pero ¿tiene realmente cabida dentro de las exigencias de un fotoperiodista?


Personalmente he tardado un poco en adquirir uno de ellos, no por dudar de su servicio sino por no tener claro su potencial aplicado a mis necesidades. Finalmente caí y adquirí la última referencia de esta tablet en su versión más amplia de memoria y 3G. En cuanto a su tamaño, tras valorar diversas cosas me decanté por obviar la versión "mini" y quedarme con el normal.
Tras unas semanas familiarizándome con él he descubierto prestaciones realmente interesantes y otras que no me han acabado de convencer. Nada es perfecto ni yo soy un especialista en estas lides pero desde el momento que la compré, empecé a investigar posibles app que pudieran darme algún servicio.

Cómo estación principal de envío de imágenes lo veo un poco limitado. No creo que sustituya totalmente al portátil pero dependiendo del tipo de información que vayamos a cubrir tenemos en las tablets un perfecto compañero de poco peso y tamaño. Me refiero a coberturas que no precisen el envío de mucho material. Por poner un ejemplo, no me llevaría nunca el iPad a un partido de futbol, ni a una sesión del Parlamento por la cantidad de imágenes que debemos mandar. Todo lo contrario ocurriría con esas noticias de las que por alguna razón sólo debamos mandar un par o tres de fotografías. Es ahí donde el iPad puede resultar muy útil.
Aunque Apple comercializa un kit para poder descargas tarjetas SD, creo que resulta mucho más útil y más rápido hacerlo mediante un cable USB conectado a nuestra cámara. Para ello precisaremos el adaptador Lightning.

Existen muchísimas app para el revelado de nuestras imágenes. De todas ellas, las más utilizadas parecen ser Photogene FilterStorm, esta última en sus versiones normales y Pro. Hace poco probé la americana "Picture Pro" pero su precio de 90 Euros me parece excesivamente caro. Os podéis bajar una version trial y probarla. De todas ellas me quedo con Photogene.



Tiene todo lo necesario para ajustar parámetros y Ftp incluido para el envío de imágenes, aunque por desgracia el proceso de trabajo nos obliga a ajustar y luego enviar foto a foto. Imposible trabajar por lotes. FilterStorm Pro está muy bien pero si busco algo más práctico para enviar rápidamente una o dos imágenes, me quedo con la primera.
Una de las opciones interesantes que tienen estos artilugios es su uso como soporte donde mostrar nuestro portafolio. Para ello, y por recomendación del fotógrafo David Ramos, os aconsejo "Photo Manager Pro". Una aplicación muy fácil de usar que nos permite crear rápidamente carpetas, tantas cómo queramos, donde ubicar nuestros trabajos. Es de aquellas aplicaciones para "tontos" pero que funcionan a las mil maravillas y es absolutamente recomendable. Bueno, ya tenemos cubiertas nuestras necesidades para enviar imágenes.


Otra cosa que me gusta especialmente es poder contemplar galerías de imágenes y para ello el iPad es una joya gracias a la calidad de su pantalla. Podemos empezar por las que pertenecen a las grandes agencias de noticias. En mi opinión, la más atractiva por su diseño y contenido es "The Wider Image" de la agencia Reuters. Otra opción interesante es la app de la agencia francesa "AFP". Algo más justa de contenidos es "AP Mobile" de "Associated Press". También Getty Image tiene su aplicación. Todas ellas son gratis y su descarga bien vale la pena.  Así mismo tenemos también otras apps cómo "the Big Picture" y sus galerías o el "Eyewitness" del británico "The Guardian"
Evidentemente, cualquier medio impreso que se precie tiene hoy en día su versión para iPad. Los más completos son de pago.
De un tiempo a esta parte son cada vez más los fotógrafos que ven en este soporte digital, una buena forma de vender sus productos o bien realizar una versión multimedia de un libro. Un claro ejemplo de ello es "Zona" de Carl de Keyzer. En ella podemos encontrar todas las imágenes del libro pero ademas tenemos un apartado donde el propio fotógrafo explica la imagen o bien el tema fotografiado. Entre los extras, existe un apartado que me llamó la atención pues me pareció muy interesante. De Keyzer nos muestra el "Zona" que hizo su "fixer"Alexander Kuznetsov, la persona que lo acompañó durante el tiempo que realizó el reportaje.


Resulta muy interesante ver otro punto de vista del mismo reportaje.
Existen otras publicaciones como "Capitolio" de Christopher Anderson o el "Personal Best" de Elliot Erwitt muy recomendables, en especial esta última ya que además de mostrar más de cuatrocientas imágenes de este fotógrafo, la aplicación se completa con vídeos y comentarios del autor. 


En mi opinión no sustituyen al formato libro pero aportan otras cosas más que interesantes. Para encontrarlas solo debéis escribir el nombre de los autores en el espacio de búsqueda de iTunes y os aparecerán.
Un proyecto convertido en una app tembién puede ser un modo de financiación para hacer un reportaje cómo fue el caso de "Vía Panam" de Kadir Van Lohuizen.
Desde World Press Photo, "Visa pour l´image"  muchos de los principales medios de comunicación, lanzan cada año una app a modo de resumen de las mejores fotos publicadas. Un buen ejemplo puede ser el  resumen del 2012 publicado por el Denver Post.
Lástima que espacios cómo "The Frame" o "In Focus" no tengan todavía sus apps correspondientes. 
Si vais de viaje y os queréis llevar unas cuantas películas en vuestra tablet, el programa HandBrake os convierte cualquier DVD en formato iPad de un modo muy sencillo. 

En conclusión, si a todo esto le sumamos todas aquellas aplicaciones logísticas que puedan ayudarnos en un momento dado, cómo es el caso de "Google Maps", guías y demás, la verdad es que podemos sacarle mucho provecho, sin contar con todas esas app dedicadas a otros menesteres y que realmente son fantásticas. ¿¿Sois guitarristas?? pues no os perdáis la app "AmpliTube Jimmi Hendrix" de IK Multimedia gracias a la cual, tras conectar nuestra guitarra eléctrica al iPad, podremos seleccionar el sonido de muchas de las canciones de Hendrix. 
No es un app fotográfica pero muchas veces puede servirnos para relajar tensiones después de un duro día de trabajo... os lo digo por experiencia. 
Si conocéis y queréis recomendar alguna app podéis hacerlo en el apartado de "Comentarios". Yo estoy un poco cansadito de tanto buscar y probar.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Metadatos nº 17: "Conexión Qatarí"



Tema:
Esta mañana se ha celebrado en Barcelona el acto de presentacion de "Qatar Airways" como nuevo sponsor global de FC. Barcelona durante las próximas tres temporadas. En la imagen, dos azafatas de la compañia ante una fotografía histórica del FC. Barcelona.

Cámara: Canon EOS 5D Mark III
Objetivo: 24-70/2.8 L II Canon (a 50mm)
Obturación: 1/125 seg.
Diafragma: f/2.8
Sensibilidad: 4.000 ISO
Flash: No utilizado
Formato: RAW

domingo, 3 de marzo de 2013

Reflexiones sobre el retoque digital.

Cuando todavía resuenan por internet opiniones y reflexiones sobre el retoque digital aplicado al fotoperiodismo o al documentalismo, desde "TheWside" he querido recopilar en un artículo la opinión de distintos profesionales vinculados a nuestro sector, a los cuales se les ha formulado la siguiente pregunta a modo de reflexión:

"En tu opinión, ¿Donde está el limite de retoque en una fotografía dentro de un ámbito fotoperiodístico o documental?"

Su participación ha sido voluntaria y estas han sido sus respuestas:

Pepe Baeza, Redactor Jefe de Fotografía del Magazine de La Vanguardia y autor del libro "Por una función crítica de la fotografía de prensa":
"Más que intentar definir con precisión el grado en que se pueden aplicar las herramientas que facilitan los programas de tratamiento de imagen, el debate sobre la artificialización de la fotografía documental debe centrarse estrictamente en recordar la finalidad que ésta tiene; el resto viene solo.
La fotografía documental se debe a la representación de la realidad significativa desde puntos de vista vinculados a las ciencias sociales (economía, sociología, antropología, política...) y por tanto hacer comprensible esta realidad representada tiene que estar en la base de la estética que esta fotografía utilice. Problematizar el acceso a la comprensión, falsear la representación, sólo se explica por el interés de algunos fotógrafos en anteponer la estética - y por tanto su prestigio personal como autores- a la obligación testimonial que quien se define como documentalista se autoimpone.  Un fotógrafo documental sirve a la realidad que representa; un falso documentalista se sirve de esa misma realidad para construir con ella un cuerpo de obra valorado desde parámetros estéticos.
Los Jurados de los certámenes documentales- fotoperiodísticos o no- nunca debieran perder de vista que el valor principal de un trabajo es hacer comprensible un fragmento de la realidad, aportar las imágenes que favorecen la información y el análisis; que la mejor estética es aquella que se ajusta a este fin y que, en definitiva, "añadir" con un programa informático un plus estético a un trabajo documental sólo sirve para entorpecer el acceso a sus valores fundamentales. Además, en un sentido puramente estético, son un pegote."

© Samuel Aranda.

Samuel Aranda, fotoperiodista, Premio World Press Photo 2011:
"... el Photoshop se debe utilizar lo mínimo posible, simplemente para retocar errores de medición de luz o de color, no para crear situaciones de luz alejadas de la realidad, aunque es solo mi opinión personal. Antes cada uno elegía el tipo de película que quería para crear la luz o el color que más le gustaba. Podíamos elegir entre Kodakchrome, Velvia, Kodak SW o NC dependiendo del color con el que queríamos trabajar y creo que la linea debe estar en que lo mostrado se real y ya está."

© Bernat Armangué.

Bernat Armangué, fotógrafo de la agencia AP,  1º Premio en Spot News en el reciente World Press Photo: 
"Creo que la máxima premisa debería ser el sentido común, pero obviamente eso no es tangible y varía en función de cada uno. 
A mi me gustaría ver en la imagen algo que no te aleje de esa realidad que un día estuvo allí. Eso también es complicado porque entonces sólo nos quedaríamos con fotografías realizadas entre focales de 35mm a 60mm; el blanco y negro desaparecería, las imágenes en movimiento también (fueran por accidente o intencionadamente), etc. y los archivo de fotoperiodismo quedarían reducidos a la mínima expresión.
A lo largo de los años muchos fotógrafos han usado diferentes técnicas para definir su estilo: escogiendo entre la variedad de emulsiones sensibles, químicos de revelado, papeles fotográficos, ópticas... y escogíamos en función de nuestros gustos o de nuestras posibilidades económicas. Con la aparición de los softwares de edición, opciones y debates se han multiplicado.
Dentro de la realidad fotoperiodística, el uso excesivo de la post-producción no me complace demasiado, pero creo que el discurso debería ir mucho más lejos que eso pues existen otros tipos de alteración de la realidad. "Montar" imágenes y hacerlas pasar por algo espontáneo sería un buen ejemplo.
Para mi, lo más importante es volver al origen. Imaginarme esas fotografías sin sus procesos de post-producción y preguntarme ¿Es una buena foto?. Si la pregunta es afirmativa perfecto, si la respuesta es negativa, pasar a la siguiente fotografía.
Aunque claro... ¿que es una buena foto?"

© Fabio Bucciarelli.

Fabio Bucciarelli, 2º premio en Spot News Stories en el reciente World Press Photo.
"En general, creo que la post-producción es parte íntegra de la imagen y siempre lo ha sido, desde el analógico al digital. La post-producción es importante para dar más fuerza a la imagen. Es fundamental que no se hagan foto montajes, ni añadir ni quitar cosas, objetos o personas que provengan de otra imagen. Que no se cambien los colores y con ello me refiero, por ejemplo, a no cambiar un rojo por un azul o un amarillo por un verde. Es importante que se respeten las luces; si en la foto la luz entra por la derecha, que no cambie su dirección tras la post producción. Con los contrastes, saturaciones y dominantes se puede "jugar" para mejorar la imagen, para darle más fuerza, pero sin pasarse, claro. ¿Que significa "pasarse"? Pues no cambiar el significado de la imagen, que no parezca irreal.  Sobre los  crops (recortes) yo no suelo cortar normalmente la imagen pero considero que si debo hacerlo no eliminar más del 10 o el 15% de la toma.
La post-producción bien hecha es la que resalta el significado de la imagen, no lo altera ni lo cambia, para que esa fotografía llegue con más fuerza a quien la mira." 

© Tino Soriano.

Tino Soriano, Fotógrafo de National Geographic : 
"Me planteo esta cuestión siempre que estoy delante del ordenador, optimizando raw´s que mi cámara ha capturado con las mínimas alteraciones posibles. Particularmente intento que mis registros respiren realidad. Quiero que el lector los pueda identificar con lo que ve cotidianamente, sin exagerar la situación, el contraste o la distribución de luces y sombras. Aparte de no cortar, ni copiar o clonar nada. El límite del retoque en una fotografía documental me lo recuerdan constantemente los fotógrafos que, partiendo de un raw relativamente insípido, acaban mostrando un cuadro de Turner."

© Walter Astrada.

Walter Astrada, fotógrafo.
"Yo realmente utilizo muy poco el Photoshop y el límite es el que me hace mantener las fotos con los colores y la luz del momento de la captura. En muchos casos disparo simultáneamente en Jpeg. y RAW por dos motivos, si debo enviar algo rápido puedo usar las jpeg. y por otro lado son las fotos que  mantienen los parámetros de la toma.
En el caso de la polémica por el uso del photoshop en la fotografía de Paul Hansen, sólo me queda comentar que esa es la razón por la cual prefiero casi ni retocar mis imágenes, porque en ese caso se está hablando más de la técnica en el uso del photoshop que de lo que muestra la imagen.
Y lo que la imagen muestra es la muerte de dos niños y el dolor de toda una población. En verdad, me parece indecente tener conversaciones sobre el uso de la tecnología digital con imágenes de denuncia de un problema o de una situación.
Por eso prefiero apenas darle un poco de contraste, hacer un burning o dodge si se necesitan y en su justa medida y listos, para que se hable de lo que mis imágenes muestran y no de si hice más o menos "photoshop" a la imagen."

© David Ramos.

David Ramos, Fotógrafo, colaborador con la agencia Getty:
"El grado de retoque permitido en una imagen documental o dentro del marco del periodismo gráfico, a mi entender, es fácil de definir. Partiendo de una escena real, utilizar todas las herramientas que el fotógrafo tiene en la actualidad a su disposición para que su imagen sea más cercana posible a esa realidad. En esa ecuación omito conscientemente las variables del ego, vanidad y el uso en beneficio propio de esas herramientas para destacarse del resto de "competidores",  en estos días trufados de cientos de miles de imágenes.  Las omito porque creo que no caben en ningún trabajo documental ya que los únicos protagonistas en ellos son los sujetos y sus realidades y no el nombre ni la estética artificial creada por el autor.
Lo realmente triste es ver como certámenes de referencia, con apellidos de referencia y publicaciones centenarias permanecen en silencio mientras premian y ensalzan a la categoría de referentes a fotógrafos de escaso contenido, corto recorrido, estética prefabricada y con un alto menosprecio a la realidad que han decidido documentar.
Desafortunadamente, el documentalismo de concurso, el inspirado en hechos reales, el de postín, la farsa, actualmente goza de todo el reconocimiento. El documentalismo sincero, cercano a hechos reales, sin interferencias narrativas y con el único objetivo de ser el transmisor, está a punto de echar el cierre por falta de reconocimiento y fotógrafos que lo ejerzan."

© Clemente Bernad.

Clemente Bernad, fotoperiodista:
"Creo que la práctica del fotoperiodismo o de la fotografía documental comporta el respeto por el autor hacia los hechos que quiere representar y a la asunción de la responsabilidad que le corresponda respecto a lo fotografiado y a los resultados obtenidos, entre otras razones porque se trata de un pacto insoslayable establecido con el lector de dichas imágenes por el que se entiende que no se le va a mentir. A partir de aquí es sencillo tomar las decisiones correspondientes en cada caso puesto que nadie mejor que el propio autor para saber si sus limites coinciden con esas exigencias, por lo que creo que cada cual debe conocer el terreno que pisa y acarrear con sus elecciones.
Es curiosos comprobar cómo los códigos deontológicos a los que se quiere someter a las imágenes fotoperiodísticas actuales hunden sus raíces en las prácticas analógicas, lo que simboliza perfectamente las enormes dudas y la profunda desconfianza que siempre han generado las imágenes fotográficas utilizadas dentro de un contexto informativo, porque en el fondo se trata de una cuestión moral que involucra aquellas cuestiones que se consideran fundacionales en el documentalismo: honestidad, verdad y responsabilidad.
La posproducción digital en la actualidad ha dejado obsoleto el concepto de simple "retoque", pero es sólo el síntoma de toda una tendencia estética que obedece fielmente a las leyes del mercado, que cree que las imágenes periodísticas tienen la obligación de mostrar la realidad más real de lo que ya es (Cómo si no fuera suficiente) y que explota hasta la extenuación una serie de recursos estilísticos cuya referencia es la ficción y que no logran otra cosa más que uniformizar todos los discursos y todas las prácticas.
En realidad no me interesan las indagaciones pseudopoliciales o forenses sobre el proceso de elaboración o postproducción de cada fotografía, prefiero trabajar por una educación integral que nos permita ser conscientes de cuales son las condiciones de la representación visual en cada momento histórico y en cada contexto cultural y político para saber de una determinada es justa o no con la realidad que quiere representar y en qué sentido.
Lo grave es que todos estos recursos estilísticos enmascaren los contenidos que pretenden mostrar y que opten por buscar la emoción fácil o la admiración ante el virtuosismo estético, pudiendo tratar de que nos hagamos preguntas que cuestionen verdaderamente nuestra idea de las cosas, quizás a través de imágenes menos efectistas pero mucho más ricas y efectivas. Quiero pensar que otras imágenes documentales son posibles y que tienen una vida mucho más intensa y fértil, alejadas de las modas y del manierismo impuesto por los mercados. Creo que estas imágenes maquilladas no nos representan.

© Sandra Balsells.

Sandra  Balsells, fotógrafa y profesora de la Universidad Ramón Llull.
"Ante la dificultad de establecer parámetros sobre el nivel de retoque aceptable en el ámbito de la fotografía documental, hay dos premisas básicas que deben regir irrefutablemente nuestro oficio: sensatez y honestidad.
Sensatez para evitar que las escenas inmortalizadas sean innecesariamente desvirtuadas por aspiraciones meramente ornamentales; entendiendo que desvirtuar implica un alejamiento gratuito de la realidad que capturamos a través de nuestra mirada personal.
Honestidad para evitar que el fotógrafo transmita, de forma malintencionada, una versión falsa o travestida de la realidad.
Como en tantos ámbitos de la vida, los excesos suelen ser perniciosos. Lo mismo ocurre con la posproducción de imágenes. Y también, como en tantos otros ámbitos de la vida, la discreción suele ser seductora. Lo mismo pasa con la posproducción de imágenes. Dosificar las herramientas de retoque con sensatez y honestidad nos permite establecer unos límites -siempre subjetivos, claro está- pero sin duda alguna decentes para transmitir la realidad. "

Victor R. Caivano, Fotógrafo agencia AP:
"El límite más claro es cuando se borran elementos de una fotografía. El retoque no debería ser más que el uso moderado de las herramientas básicas de Photoshop para ajustar la imagen a las condiciones de luz reales. Casi todos los fotoperiodistas serios estarán de acuerdo con ello. El debate gira en torno a cierta moda súper estilizada de retocar las fotos con un ajuste local muy preciso y exhaustivo, casi pixel a pixel.  Las fotos trabajadas así parecieran estar hechas con múltiples flashes portátiles, cómo una imagen corporativa. Ese conflicto semiótico entre lo que hemos aprendido a decodificar como foto producida y las fotos de noticias, lleva a la pérdida de veracidad de la imagen fotoperiodistica, porqué si bien el fotógrafo no miente, alterando el contenido, asocia estilísticamente la imagen a las producciones de Hollywod, las cuales sabemos que son siempre mentiras. Existe una asociación peligrosa ahí que puede ser hasta subconsciente. La realidad no está iluminada perfectamente."


Pedro Armestre, fotógrafo, colaborador de la agencia AFP:
"El fotoperiodismo solo puede ser fiel a la verdad y la información, sin olvidar dar voz a quien no la tiene. Saliendo de estas bases estamos haciendo fotografía, no periodismo gráfico, y ese delito lo pagamos con la pérdida de nuestra credibilidad. ¿Alguien se pregunta porque esta profesión fue hace tiempo una de las más valoradas y ahora se encuentra a la cola de mil otras? Saltos continuos nos han situado allí.
¿Porque no escribe del mismo modo un bolígrafo en manos de un poeta, un contable o un periodista? Simplemente porque la herramienta es la misma y los lenguajes distintos.
El límite se encuentra en la realidad. Realidad solo hay una, con matices. Superarlos lo convierten en mentira. Los márgenes de maniobra, técnicos o digitales, nos permiten destacar o potenciar ciertos aspectos. Nunca en transformarlos en situaciones nuevas y distintas."

Joan Roig, Responsable de retoque en "Addretouch".
"Entiendo que el problema está en la difusión de los bordes entre fotoperiodismo y fotodocumentalismo. Muchos fotógrafos no quieren ser fotoperiodistas y poder gozar de la libertad interpretativa que se le supone al documentalismo. En el campo del fotoperiodismo (hablo en general) no se es tan crítico en los recortes o las ráfagas que en documentalismo lo son. En el documentalismo no lo es con el incremento del contraste o corrección del color que en periodismo si son.  El problema es que la gente o los concursos no hacen distinción apenas entre un estilo u otro, mezclando ambos conceptos en una misma categoría y cuando gana alguien que contempla la interpretación de la imagen todo un sector se levanta en cólera.
Yo reivindico un iso de calidad en el que cada uno de ellos se posicione como fotoperiodista o fotodocumentalista y separando cada sector por diferentes niveles de "dureza": Nivel 1 admite ajustes de niveles, Nivel 2 compensación de exposición, Nivel 3 incremento de contraste y un máximo recorte del 10% de la imagen original, Nivel 4 hasta un 40% de contraste más viñeteo, etc. En las bases de los concursos o categoría de premios, figura que se acepta hasta ese nivel.  El fótógrafo se posiciona en si es documentalista o periodista y si entiende que ráfagasm recortes de más del 50%, viñeteos, contrastes altos, subexposicones intencionadas, fotos en clave alta, etc. están permitidas a su entender.
Entiendo que World Press Photo sería el único que podría unificar esto, pero parece que tiene miedo a hacer unas normas que puedan causar tanta polémica. Esto permitiría a todos los estilos dentro de un ámbito fotoperiodístico o documental y no serían tan difusas las fronteras entre uno y otro y las discusiones, entiendo, se acabarían."

Emilio Morenatti, fotógrafo de la agencia AP. (Actualización 16:20 horas)
"Justo a la entrada del edificio que alberga la escuela de periodismo más antigua del mundo, hay un cartel en el que se puede leer: "Cliff Edom´s. Credo: "Show truth with a camera. Ideally truth is a matter of personal integrity. In no circunstances will a posed or fakephotograph be tolerated"
El señor Cliff Edom está considerado por muchos el padre del fotoperiodismo, para mi, este también es mi credo.
En términos de postproducción, las reservas mediante niveles y mejoras del color estarían permitidas en nuestras imágenes como se hacía antaño en el laboratorio, siempre y cuando, nuestra imagen fotoperiodística conserve un exacto paralelismo y sea fiel a la realidad que fotografiamos. Pienso que las agencias de noticias, periódicos y revistas periodísticas deben ser muy estrictos a la hora de aceptar el  retoque, ajustándose a las reglas estrictas para no caer en ambigüedades y marcando bien la diferencia entre lo permitido y lo prohibido. Desafortunadamente no existen esas reglas en la mayoría de publicaciones, especialmente en España. Es inaceptable cualquier forma de manipulación tanto en la producción cómo en la postproducción. Al slogan de David "Mira en silencio, fotografía con respeto" yo añadiría "... y ten en todo momento tu raw preparado para enseñarlo al editor  o al que lo solicite.


Tras estas reflexiones poco hay que añadir, aunque cómo responsable de este blog me gustaría también aportar mi opinión.

La tecnología digital ha aportado una serie de ventajas que en muchos casos a facilitado nuestro trabajo gracias a la precisión que ofrecen los programas de retoque. Incluso ha servido, en algunos casos para crear nuevos lenguajes visuales.
No creo que el documentalismo cómo tal sea más permisivo que el fotoperiodismo en cuanto a la frontera del retoque. En mi opinión, la única diferencia que hay entre ambas denominaciones es el tiempo, la dedicación gracias a la cual desarrollamos y contamos una historia.
Toda imagen precisa unos ajustes pero más que analizar cuales son sus límites, a veces me pregunto si un exceso de retoque en pos de una estética o un estilo de narración personal, tiene cabida en el ámbito del fotoperiodismo, considerando la existencia de otros terrenos cómo el Ensayo, la fotografía conceptual, artística, etc. donde el uso de esa posproducción es mucho más amplio y aceptado, sin el peligro de poner en duda el objetivo final de una imagen documental que no es otro que el de contar y mostrar  con total veracidad.
Al observar una fotografía, es nuestra responsabilidad el saber independizarla de un exceso de retoque, en el caso que exista, y comprobar si el momento es bueno o si por el contrario, la posproducción ha tomado tan insigne protagonismo que nos impide ir al fondo de la cuestión, o bien si es sólo esa luz creada desde el ordenador la que convierte esa imagen en atractiva.
Clonar, borrar, añadir o pintar son acciones que limitan el retoque porque varían el momento de la toma y la sensatez debe ser ante todo la premisa principal a la hora de ajustar en el ordenador aquellos parámetros de luz que nos permiten transmitir lo más fiel posible la luz que vimos cuando accionamos el obturador, porque en mi opinión deben ser en esos segundos previos al disparo donde radique nuestro éxito.
Afortunadamente, aquellos que me enseñaron este oficio me hablaron de la importancia del momento de la toma, esa "mágica" fracción de segundo y a ella siempre me remito.

Quisiera de nuevo dar las gracias a todos aquellos que con su reflexión han hecho posible este post.