martes, 26 de octubre de 2010

A propósito de Joao Silva, el "Bang Bang Club" y Kevin Carter

Joao Silva fotografiado por Jerome Delay.
Hace poco nos llegaba la noticia. El fotógrafo Joao Silva, adosado a una patrulla Norteamericana en Afganistán, se encontraba en estado crítico al haber pisado una mina en Kandahar, cubriendo la información para “The New York Times”.
Fotoperiodista con una gran experiencia en la cobertura de conflictos bélicos, Silva fue uno de los cuatro componentes del llamado “Bang-Bang Club” junto a sus compañeros Greg Marinovich, Ken Oosterbroek y Kevin Carter, y coautor junto al primero del libro “The bang-Bang Club: Snapshots from a hidden War”.


Curiosamente, hace poco encontré navegando por la red un reportaje publicado por José María Arenzana y el fotógrafo Luis Davilla en el suplemento “Crónica” del periodico “El Mundo” titulado “Carter no se suicidó por esta foto”, en referencia a la famosa imagen que Kevin Carter había realizado de una niña con un buitre a sus espaldas. Según este reportaje, la niña estaba defecando.


Extrañado, de repente me vino a la cabeza un texto que tenía guardado, escrito por Mariana Enriquez sobre lo que fue el Bang-Bang Club y donde aparecían declaraciones de sus cuatro componentes .
En referencia a dicha imagen y su posterior polémica podemos leer el siguiente fragmento:

"En 1993, cuando trabajaba para el Weekly Mail, Carter sintió que su carrera como fotógrafo estaba en un punto muerto, y decidió financiarse él mismo un viaje a Sudán. Lo acompañó su amigo Joao Silva. Querían trabajar en lo que los voluntarios llamaban “El Triángulo de la Hambruna”, en el sur de Sudán, donde el gobierno islámico estaba en guerra con las tribus Nuer y Dinka. Llegaron en un avión de las Naciones Unidas cargado de comida. “Los pobladores hambrientos rodearon el avión, salvo aquellos demasiado débiles para caminar, que esperaban sentados alrededor de un improvisado comedor”. Los dos vieron fotos por todas partes, así que se separaron por el campamento. Un rato después, Carter se acercó a Silva, excitado, restregándose los ojos, pero no llorando, y le dijo: “Le estaba sacando fotos a una nena arrodillada, que apoyaba la cabeza contra el suelo, y de repente un buitre gigante se posó detrás de ella. Seguí disparando, y recién después espanté al buitre”. Cuando trató de mostrarle el lugar, no se veía el buitre por ninguna parte, pero la nena seguía ahí, vencida por el hambre. Ninguno de los dos la ayudó a llegar al comedor, que estaba apenas a cien metros, cuenta Silva en el libro.

Carter vendió la foto al New York Times, y ésta se convirtió en un símbolo de la hambruna, usada en infinidad de posters y campañas. Cuando se publicó en el diario neoyorquino, llegaron a la redacción miles de cartas preguntando qué había sucedido con la niña, qué había hecho el fotógrafo. Carter tuvo que confesar que no había hecho nada. Suponía, dijo, que se había levantado por las suyas y llegado al comedor."

Es muy interesante leer las reflexiones que aparecen en el texto de Mariana Enriquez al cual podéis acceder directamente a través de este enlace con la web del diario “Pagina12”: TEXTO COMPLETO
Así mismo, también podéis ver imágenes del libro publicadas en el siguiente enlace: TARINGA.NET
Una polémica plagada de contradicciones desde que se publicó dicha imagen.

16 comentarios:

  1. Qué interesante. La cámara como muro que te aísla. La cámara como elemento deshumanizador. ¿Se pueden captar grandes imágenes y no alienarte de tu humanidad? Creo que sí. ¿Se puede ser un gran fotógrafo y un detestable ser humano? También. ¿La sociedad se exculpa atacando a cabezas de turco como pudo ser Carter? También. Entramos en arenas movedizas, aquí.

    Lástima lo de Silva. Si nos cierran los ojos, dejamos de ver.

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  2. Durante un año, estuve trabajando en un centro nutricional no muy lejos de donde está sacada esta foto, en el Chad. No como fotógrafo sino como miembro de una organización humanitaria. Al centro llegaban niños de toda la región, pues estaba dentro del hospital de referencia.

    Decir que la niña pudo morir de hambre, o que no fue alimentada, porque Carter y Silva no la ayudaron es una estupidez, fundamentada en cómo la gente en Occidente se cree que funcionan estas cosas. Igual corresponde a los periodistas ser un poco más sutiles y explicar un poco más los contextos.

    Yo no estaba allí, pero es evidente que esta niña tenía familia más cercana o más lejana que se estaba haciendo cargo de ella, porque en un sitio como Sudán todo el mundo tiene familia y en este tipo de situaciones la solidaridad entre ellos es impresionante. Si en ese momento la dejaron sola es porque se fue a defecar, como decía Carter, y al rato o volvería o -si realmente no tenía fuerzas- la echarían en falta e irían a buscarla. Aún tendrían más prisa en buscarla porque era el día en que llegaba un avión con comida.

    Pero además llegó un avión de NNUU, ¿no? Bueno, pues no se envía un avión con comida sin hacer antes un censo y enviar trabajadores por tierra (o en el mismo avión, tanto da) a organizar el reparto. Muchos trabajadores porque un avión es un aparato muy grande, que garantizan que todo el mundo recibe lo que le corresponde, incluyendo la familia de la niña.

    Como decían Nachtwey y Salgado en sendas entrevistas, las fotos de las hambrunas se toman en los alrededores de centros nutricionales. Por razones obvias hay más 'material' y porque el acceso a los sitios más remotos es mucho más difícil o imposible.

    Así que Sudán pasa una guerra de décadas con importantes gobiernos apoyando a uno u otro bando y el malo de la película va a ser el fotógrafo.

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  3. Un comentario muy interesante y a la a vez muy instructivo el de Eduardo de Francisco.

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  4. Es perfectamente coherente lo que dice Eduardo de Francisco, y más hablando con conocimiento de causa.
    En "occidente" nos falta sensibilidad, pero nos sobra sensiblería, que no es lo mismo...

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  5. Estaba precisamente con Emilio Morenatti en el taller de la Magistral cuando le llamaron de AP para darle la noticia.Emilio que lo conocía quedó muy afectado, como es natural, y recordó su calvario en Afganistán.Le explicaron que Joao había perdido las dos piernas.Las minas terrestres están diabólicamente calculadas para infringir estas terribles heridas, pero no para matar.Así se jode mucho más al enemigo.Y me viene al cuento lo que Gervasio Sánchez denuncia hasta la saciedad: que España es uno de los principales fabricantes de minas del mundo.

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  6. El fotoperiodismo de guerra, dicho genéricamente, duele en carne propia, no sólo cuando te demedian aunque obviamente, entonces como lectores no debieran hacerse tantos aspavientos digamos moralínicos.A Carter se le pide casi que hubiera espantao a muletazos a Islero antes de empitonar a Manolete. Lo cierto es que haber pertenecido al bangbang club se paga caro. El material fotografiado por el bbc es crucial para impulsar el proyecto de reconciliación sudafricano-- experiencia que sirve para otros conflictos--. Es un documento fotográfico de gran importancia. El único problema ha sido según comenta uno de ellos que no han fotografiado la participación del hombre blanco en esa hidden war a escasos km de los centros de las capitales.

    Muchas minas que si no han cumplido su misión esperan agazapadas se fabrican en Vitoria. Son baratas e hijaputas.

    Salud y saludos.

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  7. David, hay otros ejemplos de fotos que plantean un dilema moral y ético para los fotoperiodistas que tienen que fotografiar la muerte, como la foto del prisionero del Vietcong asesinado a quemarropa, de Eddie Adams, o la del niño llorando intentando despertar a su madre enferma, de Javier Bauluz... Precisamente Bauluz confesó en alguna ocasión que recibió duras críticas por esa foto, e incluso se le acusó de ser en parte responsable de la muerte del niño. Recuerdo que hace cinco años, en un curso de edición gráfica en la UAB, Bauluz habló de las situaciones límite en las que a veces se encuentran los fotoperiodistas, y aseguró que ante ellas es imposible no sentir una impotencia total. Momentos en los que la presencia de una cámara provoca que determinadas situaciones no lleguen a producirse (por ejemplo, que un soldado pegue a un detenido), pero que también pueden provocar el efecto contrario, como en el caso del prisionero del Vietcong. Bauluz opinaba que estas situaciones se intuyen y ante ellas muchos fotógrafos deciden dejar su cámara en el suelo para evitar ser utilizados. Aún así, dejó bien claro cuáles eran sus principios: "Ante un coche accidentado con niños dentro y a punto de explotar, primero soy persona y luego fotoperiodista", dijo. Creo que ayudar a los demás es necesario, pero los periodistas que cubren un conflicto, desastre o hambruna, como en este caso, ya lo están haciendo cuando lo documentan y denuncian, dejen o no la cámara de lado para prestar su ayuda inmediata.

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  8. Maria Rosa dice algo que es fundamental: el fotógrafo ya está 'haciendo algo' al hacer su trabajo. Tirando del hilo: si hoy hay mucha más asistencia en situaciones de desastre que antes es en buena parte porque mucha más gente está concienciada y da dinero, o -mejor aún- exige a sus políticos que tomen soluciones políticas. Y lo está porque fotógrafos y periodistas lo han contado, han explicado qué pasa, han denunciado.

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  9. Pepe Baeza lo resumió a la perfección en una conferencia dentro de las actividades paralelas al Fotopres 2009: "”Resulta que los victimarios son los que dicen que no se hagan fotos a las víctimas. Pretenden que Kevin Carter salve a todos los niños africanos en vez de describir lo que está pasando, en un discurso de culpabilización del testigo”.

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  10. Paco, culpabilización del testigo es un término que se me antoja muy apropiado.

    Totalmente de acuerdo con los comentarios de Eduardo de Francisco e Izquierdo.

    David, hablar del tema también es "hacer algo". No dudes que si no leyéramos sobre esto posíblemente pensaríamos aborregados lo que la mayoría ignorante, de la que trato de escapar casi sin remedio.

    ¿Habría existido la polémica de haber acercado la niña al comedor? Supongo que sí, aunque la crítica sería menos dura...

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  11. Com a homenatge al fotògraf Joao Silva podeu llegir "El club del bang bang" editat per Grijalbo en el 2002, no se si l'han tornat a re-editar, però és molt recomanable com a document històric i com a memòria d'uns fotoreporters del tot audaços.

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  12. Me parece muy interesante lo que dice Eduardo de Francisco, que va en el mismo sentido que lo escrito por José María Arenzana y Luis Davilla. No solo se ha criminalizado a Carter por algo de lo que no es culpable (pretendiendo, además, que su muerte es prueba irrefutable de su sentimiento de culpa), sino que aunque efectivamente la niña tuviera problemas para llegar a la aldea, hay que ser muy cómodo y ligero de pensamiento, para no ponerte en la situación de una persona (en este caso, Carter), que ve todo lo que allí está ocurriendo, y debe contarlo para que los demás lo sepan.
    ¿Cuantas situaciones como la de la niña y el buitre debió de pasar Kevin Carter, solo en ese viaje?
    La polémica que se montó en torno a esta fotografía me parece injusta y artificialmente inflada, y estoy convencido de que esta fotografía, a día de hoy, no montaría tanto revuelo.

    Estupenda entrada. David, llevas unas semanas haciéndonos volver a pensar lo que a veces damos por sentado. Gracias.

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  13. Sobre este tema recomiendo, aparte del libro ya mencionado, el documental "La muerte de Kevin Carter" (2004) de Dan Krauss.

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  14. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  15. Excelente comentario de Eduardo de Francisco. Sin desmerecer a nadie en este entramado de una hambruna, deja claro el contexto en el que se hacen este tipo de "intervenciones".
    Otra cosas a observar detenidamente no es solo el trabajo del fotógrafo sino de la política de los medios y de los intereses de los gobiernos en que se muestre o no una información determinada.
    Varios colegas de agencias internacionales que han estado en varios conflictos armados en América Latina ya tenían incluso un "guión" de lo que debían o podían fotografiar y de lo que interesaba al gobierno de turno que se publique. Lo que no era "políticamente" correcto simplemente desaparecía en la infinidad de un archivo.
    Esto también da mucho que pensar, no les parece?

    Muy buen post y muy buenos comentarios. Mi solidaridad con Joao Silva...

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  16. Val a dir que han fet una peli de ficció basada o calcada segons el que es narra en el llibre abans esmentat. Amb el mateix títol del llibre. Tots son uns guaperes i semblen estrelles del rock. Te molt mala pinta la peli, plena de tòpics al estil més comercial i superficial de holliwood. Potser algú encara s'ho creurà.

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