viernes, 7 de septiembre de 2012

"VISA" necesita un rescate.

Si os he de ser sincero,  no se como iniciar este artículo sobre la 24º edición de "Visa pour l´Image".  El encuentro fotoperiodístico más importante de todos aquellos que se realizan en nuestro santo continente, ha llegado puntual a su cita pero cargadito de incertidumbres e interrogantes. Conclusión a la que diversas personas hemos llegado tras recorrer la totalidad de exposiciones que completan el programa de este año. 


Es cierto que esta y otras muestras tienen en internet una arma de doble filo. La "Red" nos da la posibilidad de ver infinitos trabajos, si tenemos un mínimo interés en estar al día sobre todo aquello que se está realizando, por lo tanto llegamos a Perpiñán cargados de información, pero sobre todo, esperando que la cita nos regale, en un alto porcentaje, trabajos por los cuales el desplazamiento hasta tan insigne ciudad no se limite exclusivamente a la pura militancia. 

      

Es una cuestión de gustos, claro está, pero he de confesar que si no hubiera sido por la buena compañía del los fotógrafos con los que compartí esta visita, me hubiera aburrido un poquito.
"Visa" selecciona trabajos fotoperiodísticos de actualidad pero en algunos casos me ha dado la impresión que se prioriza más el tema  que la "mirada" y tal vez esto debería revisarse. En esta edición existen desde repetición de temas, en muchos casos un número excesivo de fotografías por historia y una apuesta poco arriesgada.
De la totalidad de historias que componen la muestra, podría enumerar con los dedos de las manos los trabajos que me han parecido interesantes, muchos de ellos expuestos en el Couvent des Minimes.
Podemos empezar con el trabajo de Ilvy Njiokiktjien sobre el grupo "KommandoKorps" de extrema derecha que preparan a jóvenes blancos sudafricanos para que renieguen de una nación multicultural.


Observando muchos de los trabajos expuestos, me pregunto si es acertado mostrar tantísimas imágenes de un mismo tema en lugar de mostrar, tal vez, solo veinte pero en un formato mayor . Desconozco si la organización exige una cantidad mínima de fotografías para poder exponer un trabajo.  Un claro ejemplo de ello lo tenemos en el extraordinario trabajo de Stephanie Sinclair sobre las jóvenes, niñas en muchos casos, obligadas a casarse con hombres de mayor edad. Un reportaje que recorre Afganistan, Nepal. Etiopía, la India y Yemen. 


Observándolo detenidamente, en mi opinión sobran imágenes, y estoy hablando de una de las exposiciones de obligada visita.
Sobre Corea del Norte existen dos temas con la misma temática. El trabajo firmado colectivamente por Pedro Ugarte y Ed Jones, y por otro lado el realizado por Damir Sagolj. Todo y que ambos tienen una gran calidad, puestos a elegir me inclinaría por la apuesta de los dos primeros.  


Sin dejar los temas de rabiosa actualidad, destacar las imágenes de Aris Messinis, Angelos Tzortzinis y Louisa Gouliamaki de la agencia AFP sobre los enfrentamientos de Atenas a raíz de la situación económica del país. 


No debemos abandonar el Couvent des Minimes sin contemplar el trabajo de Justin Jin sobre el Ártico ruso. Un trabajo en color, sin estridencias pero muy sólido.


Tampoco debemos perder la oportunidad que nos brinda "Visa" de contemplar la retrospectiva del joven Rémi Ochlik, fotógrafo fallecido el pasado 22 de febrero en Homs, Siria.



Al lado mismo del Couvent, tenemos la Chapelle du Tiers-Ordre. En ella podemos ver el trabajo "Urban Quilombo"del alicantino Sebastián Liste. La vida en Galpao da Araujo Barreto, una antigua fábrica de chocolate ocupada por varias docenas de familias en Salvador de Bahía.


Tenía cierta curiosidad por ver el trabajo realizado durante quince años en Silicon Valley por Doug Menuez.  Un trabajo compuesto por más de 200.000 negativos donde el autor desgrana la revolución de la era digital empezando por los inicios de Steve Jobs. Destacar de dicho trabajo la segunda imagen de la muestra donde podemos contemplar en una nave enorme y una pequeña mesa con doce comensales. Un gran documento al tratarse del momento en que Ross Perot dio a Steve Jobs 20 millones de dólares para iniciar su incipiente proyecto. Hablamos de los años ochenta.


Finalizado nuestro periplo de exposiciones, nos dirigimos hacia Le Castellet donde refrescarnos con una buena cervecita y hacer un balance de todo lo visto. Allí nos encontramos con otros fotógrafos y contemplamos diversos  trabajos a través de sus respectivos iPad´s. Curiosamente, son de lo mejorcito que hemos visto durante nuestra visita a Perpiñan, encima son de fotógrafos españoles: Diego Ibarra, Jordi Pizarro y Arnau Bach, y nos reconciliamos con todo este apasionante mundo del fotoperiodismo, a la vez que nos preguntamos que ocurre con VISA. Porqué tres de los mejores reportajes vistos durante esa larga jornada estaban, digamos, escondidos en las entrañas de tres tablets.
Pero no acaba ahí nuestro viaje. De vuelta a Barcelona paramos en una estación de servicio y observamos que teníamos un invitado en la parte frontal del vehículo.


Se trataba de este pequeño murciélago, al que bautizamos con el nombre de Ramón y que nos acompañó el resto del viaje.  Como veis, VISA dio para mucho, incluso convirtió nuestro Renault Scenic en todo un "Batmovil", y es que... si no fuera por estas anécdotas...

6 comentarios:

  1. Pues mira David, lo que dices de la cantidad de fotos en un reportaje, es una cosa que jamas he entendido, copio las bases: (Para las exposiciones o veladas de proyección, se debe enviar entre 50 y 150 fotografías SOBRE UN SOLO TEMA (se pueden enviar varios temas, pero cada uno deberá ir acompañado de un mínimo de 50 fotografías) ) este texto está sacado de la pagina de Visa, y entonces digo: pero bueno...quien tiene entre 50 y 150 fotos EXCELENTES de un reportaje, claro si envías todo, al final es normal que te pongan alguna que no te guste, no lo entiendo, ni lo entenderé jamas.

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  2. Me ha gustado mucho tu crónica. Y el compañero que ha transformado tu coche en un batmóvil es un encanto. Espero que no le pidieras los papeles.

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  3. No puedo afirmar que el Visa necesita un 'rescate' dado mi poco bagaje en Perpinyà: ésta de 2012 ha sido apenas mi primera incursión en el festival.

    Sí que creo que la elección de (algunos de) los temas ha sido poco arriesgada. De 27 exposiciones, no hacía falta que dos fueran sobre Corea del Norte —aunque el enfoque de ambas fuera distinto—.

    Lo que comenta Joan es curioso: entre 50 y 150 fotos, entiendo que para las exposiciones como para las proyecciones. A menudo no tiene ningún sentido. En el trabajo sobre Guantánamo de Mathias Braschler y Monika Fischer, por ejemplo, no tiene sentido: qué hacen, ¿enviar múltiples imágenes de cada caso? ¿No sería más lógico que los propios autores eligieran las que consideran más oportunas para cada protagonista?

    De las exposiciones que David comenta en el post, estoy más o menos de acuerdo en la inmensa mayoría. Pero añadiría un par que son de las que más me gustaron: la de Lo Scalzo sobre EEUU y la de Nik Wheeler sobre los 'hombres de los pantános' en el Irak de los 70. Ésta última me gustó, sobretodo, por la temática: me resultó totalmente nuevo.

    Por último: disfruté más las proyecciones que las exposiciones. No sé si es normal o políticamente correcto decirlo. Pero el impacto de un multimedia bien montado es... sin palabras. Ah, y la conferencia con Massoud Houssaini alrededor de la foto que le ha valido tantos premios —World Press, Pulitzer, etc.— del atentado en Kabul, y la historia que esconde la familia de la niña protagonista, fue brutal.

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  4. Como era mi primera visita no puedo compararla con ediciones anteriores. En general me ha gustado pero como ya te comenté algunas exposiciones son algo flojillas y otras tienen demasiadas imágenes que no aportan y si restan a la calidad general. Un gusto haberte saludado por Perpignan.

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  5. Realmente interesante.... lamentablemente a los aficionados solo nos queda recorrer los mismos caminos.

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  6. Mientras el talibán del Leroy siga como director, el VISA como festival está condenado.

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