Mi gestor tiene en su despacho una vieja pero adorable Underwood.
Siempre he querido tener una de esas máquinas de escribir y cada año, cuando Hacienda llama a mi puerta y voy de visita, tengo la misma tentación. Recoger los documentos de la declaración, mirar que nadie me vea y salir zumbando con esa bella y pesada dama bajo el brazo.
Es de aquellos objetos fetiches que quienes nos dedicamos al periodismo nos gustaría tener en algún rincón privilegiado de nuestra casa, encima de una mesa de mármol, junto a una Leica y un sombrero con una tarjeta su lateral con la palabra Press … demasiado cine negro.
Nos gustan esas viejas reliquias y es por ello que todavía estoy babeando desde que ayer vi la nueva Leica M9P.
Una joya digital al alcance de muy pocos, con un look más retro que su antecesora al eliminar de su frontal el característico puntito rojo y la denominación del modelo ( en eso ahorramos en cinta americana), colocando en su lugar el nombre del fabricante en la parte superior del cuerpo, como las de antaño.
Seguí atento todos los artículos que Iker Morán fue publicando en “Que sabes de…” sobre la presentación que se realizó en París. Un eventó que reunió entre otros a diversos fotógrafos de Mágnum a raiz del acuerdo que ha llegado el fabricante germano con dicha agencia.
No me diréis que no es una preciosidad.
Técnicamente no aporta nada nuevo, solo cristal de zafiro en su pantalla, y todos los cambios restantes son puramente estéticos.
Se me antoja un plan para la próxima declaración. Hacer una fraude fiscal que me de unos beneficios suficientes para hacerme con una de ellas y de paso, cuando recoja la documentación en el despacho de mi gestor, volar escaleras abajo con aquella adorable Underwood. Entonces solo me faltará el sombrero.
Y así, cada mañana al levantarme, tomar una taza de café sentado ante esa antigua mesa repleta de esas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas... pero no haría fotos con ella, no fuera cosa que se gastara.
Molt guapes les joguines!
ResponderEliminarPer lo del frau fiscal podries assessorar-te a la família Botín, per exemple, que en saben molt d'això. I a tants d'altres, curiosament ben rics i, al cap i a la fi, els que fan i desfan. El que passa és que l'hauries de fer ben grossa perquè no et toquéssin ni un pèl. O dir-te Urdangarin, Borbón, ja m'entens...
Me gusta lo que escribes, David. La imagen de la máquina de escribir que muestras en el post me hace recordar a las máquinas de Borroughs en el Almuerzo Desnudo...le falta hablar!!
ResponderEliminarY con respecto a la Leica M9P...lo planeamos juntos!! así nos hacemos de dos!!
Un abrazo!!
Bueno, si el dinero fuera gratis seguramente yo tendría una Leica como esta. Mejor todavía: El Sr. Botín podría comprar la fábrica entera sin demasiado esfuerzo. Si yo estuviera en su lugar probablemente compraría la fábrica. Vamos quedando una tarde para tomar un café y hablar seriamente de como será la M11 ?
ResponderEliminarVoy a buscar la fregona para recojer las babas...y luego a tirar la primitiva...
ResponderEliminarés curiós però aquesta càmera es veu més ara pel carrer que quan anava en pel.lícula. Deu ser per la "facilitat" informàtica. I això que és molt més cara.
ResponderEliminar¡Y también hace fotos!
ResponderEliminarPues a mí me parece que una Leica M9 puede ser mcho más que un objeto de lujo y adoración. Hace un par de semanas los miembros del colectivo Calle 35 tuvimos el placer de contar con Dimitri Mellos, griego afincado en Nueva York, discípulo aventajado de Alex Webb y miembro del colectivo. Este estupendo fotógrafo (y un tipo excelente) se tiró 5 días en Barcelona (ciudad que no conocía y que le fascinó) tomando fotos con su M9 y un 28mm. El material que ví era, sencillamente, espléndido. Para Dimitri, que se gana la vida como psicólogo clínico, la M9 es la materialización de su pasión por la fotografía de calle, que la vive a tope. Creo que la pasta invertida en la Leica está, en el caso de Dimitri, perfectamente amortizada!
ResponderEliminarSencillamente no lo entiendo. Los señores de Leica siguen trabajando solo en la imagen, con una cámara preciosa y silenciosa, que costará 10 mil euros y dará la calidad de una cámara de 500.
ResponderEliminarSi solo se gataran un poco de lo que ganan en contratar a algún ingeniero que supiera algo de tecnologia de imagen digital... seria una cámara fabulosa. Por el momento solo me parece una pijada de museo, para tenerla en una estantería. No para sacar fotos más allá de a plena luz del día.
Hombre, David, comparar esta m9 o la otra a la que no aporta nada como cámara, con la Underwood solo sería posible si la escribidora pudiera conectarse como teclado vintage.
ResponderEliminarPara mi que da una calidad de cámara de al menos 567,05 euros. Con que alegría se pretende dirigir la ruta del punto rojo. Estantería, museo, plena luz del dia-- no me queda claro si en Tombuctú a la hora del angelus o en Gottemburgo a la misma--, Leica cenicienta entonces que según opiniones tan autorizadas funciona solo al biorritmo de las gallinas. Aparte de la pasta, solo le encuentro una pega, que el alma electrónica caducará antes que el cuerpo, lo mismo que todas las cámaras digitales.
Salud y saludos.