sábado, 26 de junio de 2010

Fotógrafo & Redactor. "Una terapia peligrosa".

El pasado miércoles daba a conocer otra sección dentro de TWS, “La Aldea Gala”, posponiendo para otro artículo el significado de ese bautizo. Pues bien, en esta nueva sección abordaré temas más vinculados a la vida dentro de la redacción, a las alegrías y las tristezas, a los problemas y a las soluciones.

En la redacción de un periódico, la sección de Fotografía es un reducto minúsculo comparado con el resto de secciones. Tal vez estemos hablando, como mucho, del 10% del total de redactores que componen el dispositivo informativo de un diario.
La relación entre el Fotógrafo y el Redactor sería una digna secuela de la pelicula “Una Terapia Peligrosa” ya que entre ambos, el día a día puede acaparar desde la compenetración total hasta el odio absoluto.
Son dos razas distintas condenadas al entendimiento en un hábitat común y este factor es el culpable que en muchas ocasiones saltar del amor al odio sea una cuestión de segundos.
Las relaciones humanas son difíciles cuando se comparten tantas horas y no es cuestión de encontrar culpables aunque si es cierto que existe un punto de inflexión que diferencia a ambos profesionales y este no es otro que el intrusismo profesional por parte de los periodistas respecto a los fotógrafos.
Después de tres años como Redactor Jefe, morador todos los días de esta selva llamada redacción, he podido comprobar que existen diversos tipos de Redactor. Partiendo desde la premisa que todo el mundo parece estar legitimado para opina sobre fotografía, los hay con quienes compartir un trabajo siempre es un placer y elaborar una edición gráfica dialogante es fructífero en pos de un buen resultado final. También están aquellos más duros, aquellos que creen que estas poniendo algo en “SU” página y por lo tanto se sienten legitimados a dictar normas y opiniones sin pensar que una página la pueden componer varios factores: textos, fotografías, compaginación, infografía, diseño, etc. Para acabar existen aquellos que creen saber todo de fotografía y no tienen ni idea. Estos son los peores. Bueno no, los peores son los que encima hacen fotos con su cámara pero este es un tema suficientemente complicado que merece ser abordado otro día.
Afortunadamente, en La Vanguardia el sector predominante es el primero, digamos un 65 o un 70 % por lo que no está nada mal pero hay un sector duro que… en fin.
Otra diferencia entre ambos profesionales la marca el día a día. Son muchas las ocasiones que por razones de tiempo, personal, o necesidades, el hecho de abordar una noticia como equipo es difícil y el redactor solicita la imagen del tema una vez lo ha realizado. Esta ha sido una de mis luchas desde que estoy en el cargo. Por ejemplo, el tema principal con que cada día abre la sección “Vivir en Barcelona” consta de tres páginas. El fotógrafo destinado a ese tema solo hace ese tema y no hará otras informaciones por muy cerca que esté de ellas. El “Oye, ya que estas ahí podrías hacer una rueda de prensa y luego una fachadita que necesitamos…” no tiene cabida en mi modo de proceder. La calidad debe estar siempre por encima de la cantidad, sobretodo si esa cantidad puede llegar a ser mediocre.
El hecho de ser un colectivo mucho más pequeño lo ha convertido en mucho más peleón en defensa de sus principios y del reiterado intrusismo que debe afrontar pero esto ni es nuevo ni solo ocurre en La Vanguardia, esto viene de muy largo y ocurre en todas las redacciones. Nuestra sección siempre se ha nutrido mayoritariamente de un fuerte componente unitario lo que ha hecho que la relación entre nosotros sea muy estrecha, diría casi familiar. La defensa de los derechos de autor, el reconocimento profesional o el respeto dentro de la redacción son “pequeñas” batallas dentro de una guerra perenne. Es por esto y por muchas cosas más que al observar a los fotógrafos dentro de una redacción, siempre he recordado aquella viñeta que inicia los comics de “Asterix y Obelix”. El mapa de aquella aldea Gala en medio de todo el imperio Romano.

8 comentarios:

  1. Una comparación muy acertada David.

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  2. Sin pretender hacer contraintrusismo sobre los plumillas, no estaría mal que en alguna ocasión los aprieta botones escribieran los textos. Que total, para lo que se lee en bastantes ocasiones. Si el escribidor se atreve con la cámara, por qué no se va a atrever el fotografiador con el boli. O que se cambien los roles. Analizando luego lo producido quizá se lleguen a sabrosas conclusiones y se reduzcan ciertas soberbias.

    Salud y saludos.

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  3. Me ha encantado esta parte:
    "El fotógrafo destinado a ese tema solo hace ese tema y no hará otras informaciones por muy cerca que esté de ellas. El “Oye, ya que estas ahí podrías hacer una rueda de prensa y luego una fachadita que necesitamos…” no tiene cabida en mi modo de proceder. La calidad debe estar siempre por encima de la cantidad, sobretodo si esa cantidad puede llegar a ser mediocre".
    Supongo que esa manera de proceder es la que marca la diferencia de calidad sobre otros medios que no la aplican...

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  4. David, que facil ho fas....

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  5. Eihhh EDU, quina alegría veuret per aquí.

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  6. Hola David un abrazo:
    ¿que quiere decir "FOTOGRAFO Y REDACTOR"? HACE AÑOS QUE ME NIEGO A HACER ESTA DIFERENCIA,TODOS LOS QUE ESTAMOS EN UNA REDACCIÓN SOMOS PERIODISTAS¡¡¡ UNOS GRÁFICOS Y OTROS LITERARIOS,DOS FORMAS DE EXPRESIÓN.ENTERRAR EL VICTIMISMO,QUE TODOS ESTAMOS EN EL MISMO BARCO.

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  7. Hola Agustí. El otro día viendo un partido del Mundial me acordé de lo bien que lo pasamos cuando fuimos al de EEUU.
    Lo de redactor y fotógrafo es un modo de hablar y me refería al equipo que deben formar ambos profesionales. Aunque realmente me siento cerca de muy pocos de ellos. LA mayoría tiene muy poco respeto por nuestro trabajo y no es cuestión de victimismo, es la realidad. Para bien o para mal.

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