domingo, 18 de septiembre de 2011

Bilja y la polémica foto de Luc Delahaye.

En 1992, Luc Delahaye ganaba el primer premio en la categoría "Spot News Stories" de World Press Photo con una serie de imágenes de Sarajevo. Entre ellas se encontraba la siguiente imagen de la pequeña Biljana Vrhovac momentos después de ser víctima de un ataque de mortero.


Hace escasos días, recibía un mensaje por FB informándome sobre el documental "Slike sa Ugla" (imágenes desde la esquina) realizado por Jasmile Zbanic donde la directora realiza un seguimiento de esa imagen, mostrándose muy crítica con el fotógrafo por no haber ayudado en su momento a la pequeña Biljana.
El documental está dividido en cuatro partes y tras visualizar la primera busqué el resto del reportaje.



En voz en Off, Jasmile va describiendo la situación: "... esta es la calle donde Bilja fue alcanzada por un mortero de 80mm., aquí es donde fue víctima de 19 piezas de metralla perdiendo su brazo. Su padre, que estaba justo detrás de ella murió en el acto. Su perro también murió.
Inmediatamente después de la explosión apareció en la esquina un fotógrafo francés que empezó a fotografiar a Bilja que estaba tirada en la calle. Él no la ayudó, tan solo realizó fotografías. Disparó más de tres rollos de película con ella...
"

"...En mi barrio cuentan una historia sobre Bilja, que cuando salió del hospital, se dirigió al hotel Holiday Inn, donde los periodistas extranjeros vivían, para buscar al fotógrafo francés que había tomado sus imágenes y no trató ayudarla. Él respondió: Yo sólo estaba haciendo mi trabajo... "

Bien podría tratarse de un ejemplo similar a la polémica foto de Kevin Carter. La curiosidad me llevó a buscar la imagen de Delahaye en la web de World Press Photo y ante mi sorpresa, era el único reportaje de esa edición en el que no aparecían las imágenes.


A falta de obtener una información más contrastada , es difícil dar una opinión sobre esta polémica, en todo caso podéis ver las tres partes restantes del documental a través de los siguientes enlaces.

2ª parte
3ª parte
4ª parte

8 comentarios:

  1. Sin duda un auténtico dilema ético personal y deontológico profesional.
    Qué hacer:
    - Hago la fotografía y me marcho.
    - Hago la fotografía y luego ayudo.
    - No hago la fotografía y directamente ayudo.

    No hay fórmulas magistrales que puedan aplicarse universalmente a todos los casos y en todos los momentos, máxime cuando hablamos de zonas bélicas o alto riesgo para la vida humana.
    Como bien dices falta contrastar el documental, de lo contrario caeremos en prejuicios personales.
    Desde la comidad del sofá no me cuesta adoptar una respuesta aristotélica, basada en "el justo medio", y decir que yo haría la fotografía y luego ayudaría, pero lo dicho, esa respuesta la doy desde la distancia aséptica.
    No encuentro una respuesta que me satisfaga al 100%, por eso decía al principio que es todo un dilema.
    Gracias por compartir el vídeo ;o)

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  2. Una entrada interesantísima David.

    Y me interesa en especial, porque cada año algún alumno saca en clase esa polémica a la palestra (normalmente con la foto de Carter como ejemplo).

    Yo les doy MI respuesta a los alumnos, que es la siguiente, aunque hay muchas diferentes:

    Lo primero es partir de la base que ningún fotoperiodista va a Sarajevo, Afganistán, Iraq o cualquier otro lugar en conflicto, en búsqueda de gloria. Allí se muere. Por lo tanto se va porque un sentimiento de compromiso con la realidad te lleva allí. Porque tiene que ser contada, "y alguien tiene que hacerlo" y en muchos casos quien va allí quiere vivir esa realidad de primera mano.

    En segundo lugar, se trata de una guerra y en una guerra hay escenas de este tipo. Es cierto que hay maneras distintas de mostrarla y de hecho algunos fotoperiodistas como James Natchwey lo hacen excelentemente, pero eso no quita que existan escenas así, y enseñarlas con toda su crudeza es de alguna forma una manera de poner en alerta a quien mira un diario o ve un telenoticias en su sofá.

    Tercero, hay guerras más mediáticas que otras y algunas que no lo son en absoluto, diría que incluso están prohibidas para los medios de comunicación. Por lo tanto, evitar estas imágenes es una forma de permitir que caigan en el olvido o que no lleguen de forma masiva a la población, y esto debe evitarse a toda costa.

    Y cuarto, ante el dilema de ayudar o fotografiar, hay que tener en cuenta dos cosas. Que el fotoperiodista está allí para una misión -que es informar- y que por otra parte primero es persona y luego fotoperiodista. Así que si puede fotografiar y luego ayudar, excelente, pero normalmente hay quien acude en ayuda de las víctimas, por lo tanto el fotoperiodista debería fotografiar. Y en el caso de que no haya otra ayuda posible, creo que el fotógrafo debería ayudar de forma inmediata.

    Luego viene un aluvión de preguntas y comentarios, totalmente comprensibles, y que normalmente suelen girar en torno a dos premisas: por una parte que el fotógrafo en cuestión solo piensa en conseguir la foto más impactante y se sirve del morbo en muchas ocasiones; y por la otra que a nadie nos gustaría ver como un ser querido es utilizado como carnaza mediática.

    En realidad, ni yo ni nadie, podemos saber que pasaba por la cabeza de estos fotógrafos, cual era la naturaleza última que le llevó a disparar una foto así en una situación -seguro tensa- así. Pero he entrevistado a varios fotoperiodistas para la serie de artículos Con Texto Fotográfico de Quesabesde.com y al preguntarles por lo que les pasaba por la cabeza en ese momento en concreto, las respuestas han girado en torno a sentimientos como la la ira por la injusticia de la que son testigos; la tristeza por la empatía con otro ser humano; el miedo lógico a una situación de verdadero peligro para la propia vida; además de una indignación que a veces se hacía audible en las palabras del entrevistado. Ningún fotógrafo o fotógrafa dijo haber pensado: "aquí tengo un WPP".

    Creo que el derecho a la información es fundamental y -sea cual fuera la actitud de Luc Delahaye en la foto que nos ocupa- que por tanto también lo es el derecho del informador a trabajar libremente, según su propio criterio, de forma honesta, veraz y respetuosa con las víctimas. Y esta fotografía, en sí, no es irrespetuosa ni con Biljana Vrhovac ni con su perrito.

    Un saludo.

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  3. Esta es una de esas entradas que deja en el aire muchas preguntas por el hecho de desconocer la totalidad de la información.
    ¿Disparó más tres carretes solo de Bilja? me parece exagerado, tal vez disparó tres carretes alrededor de esa esquina, ¿Quién los contó en medio de todo aquello?
    Existen muchas dudas y es por eso que opinar es muy complicado.

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  4. Gracias David!

    Difícilmente se puede opinar con objetividad cuando no se tiene toda la información necesaria. Quién sabe realmente lo que ocurrió? Son momentos de mucha tensión que todo pasa fugazmente. Es muy fácil criticar o dar nuestra opinión sobre lo sucedido desde el sofá mientras se toma un refresco.

    El fotógrafo y la victima son los únicos que conocen lo sucedido. Si hay alguien que debe echarse algo en cara (si realmente no ayudo a la victima), es el propio Luc Delahaye. No obstante, me costaría creer que un fotógrafo, cualquiera, pudiera llevar una vida corriente sin que su conciencia le torturase día sí y día también.

    Puede tomar la foto primero ya que para eso se está allí, pero de inmediato debería asegurarse que la persona va a ser atendida. Un fotógrafo debe (o debería) saber que ante todo somos personas y si hay alguien entre la vida y la muerte, lo último que debe hacer es dar la espalda a aquellos que más le necesitan.

    Un saludo!

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  5. Lo mejor del docu, la imagen fija con las rafagas de 3 carretes y la bufanda del barça; ahora en serio, despues de ver el documental sigo sin entender los prejuicios de la directora, supongo que se podrian resumir con su frase final, pero aun asi me parece mas una pataleta que un discurso formado.
    En el mismo documental se muestra varias veces el poder que tienen las imagenes para testiguar los hechos: cuando la otra niña cuenta sus experiencias y cuando ella misma esta buscando en el archivo de la television.
    Si la queja viene a que el fotografo no ayudo a la niña despues de fotografiarla, se tendria que ver en contexto.
    Yo estoy con Ivan Sánchez. Si quereis ver lo que hizo Joao Silva cuando hirieron y mataron a dos compañeros suyos podeis ver este video:
    http://youtu.be/qwbKPod2DtM

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  6. vista la primera parte del repor de Jasmile tengo la intención de no seguir viendo las demás. Aunque caeré y las veré. No me ha gustado nada el tono inquisitorial más que inquisitivo: me recuerda otros planteamientos: tenemos una hipótesis, a demostrarla, caiga quien caiga. Me recuerda a la sombra del iceberg, que tantas revisiones necesitaría desde hace un tiempo.

    Me da que existen probabilidades de que deLahaye se moviera en bici por Sarajevo. Tres carretes resultan excesivos para la foto, no para más fotos de la misma situación que las hizo. No sería la primera vez que francotiradores dispararan a los que prestaban ayuda después de exoplosiones o disparos de tiradores muy precisos con armas de mucha precisión y calibre. Igual Luc solo se acojonó y no se movió. La esquina donde comienza la entrevista con la madre de la otra chica herida que no quiere salir a la entrevista , sirve para otra foto de la situación, con la que en el anuario del WPP se abre el reportaje sobre el premio. desde practicamente el mismo tiro de cámara,Delahaye agachado, dispara: una mujer caida con la boca abierta y ojos cerrados. Detrás un hombre que no se le ve el rostro sujeta su cabeza, a la derecha medio erguido otro hombre levanta las piernas de la herida, mira frontalmente hacia infinito hacia las espaldas del fotógrafo. Tiene la boca en grito o en gesto de asombro aterrorizado. Un metro a la derecha de la anterior escena y dentro de la misma foto un joven coje del quicio el marco con sumano izquierda que desaparece dentro de la puerta abierta que es la que permanece cerrada detrás de la señora de la entrevista del documental. El gesto es similar al del hombre que sujeta a la herida por las piernas. La boca no tan abierta, con la mirada fijada con toda seguridad en lo mismo que provoca la atención del primero. Un dia con sol donde esta escena permanece en sombra, toques azules probablemente de diapo luz dia. La escena se completa en la cuarta superior izquierda con un joven en vestimenta militar sin casco ni gorra en un raro gesto corporal como de echar a correr o haber girado bruscamente, y mira con la misma ansiedad hacia el mismo sitio. Al fondo de la geometría que por ese cuarto se escapa, entre árboles dos vehículos y gente se intuye. No es una imagen sangrienta. Es menos tremenda qu ela de la Biljana. Presumiblemente hecha muy muy cerca en el tiempo...

    Salud y saludos.

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  7. "A Márquez no le gustaba que Barles ayudase
    a los equipos de rescate porque se metía en
    cuadro y estropeaba el plano.
    - Hazte enfermera, cabrón.
    A Márquez las lágrimas no le dejaban enfocar
    bien, por eso no lloraba nunca cuando sacaban de
    los escombros niños con la cabeza aplastada, aunque
    después pasara horas sentado en un rincón, sin abrir
    la boca. Paco Custodio si lloró una vez en la morgue
    de Sarajevo, uno de esos días con veinte o treinta
    muertos y medio centenar de heridos; de pronto dejó
    la cámara y se puso a llorar al cabo de mes y medio
    aguantando aquello sin pestañear."

    Fragmento de:
    Territorio Comanche, Arturo Pérez Reverte.

    Yo no serviría,lo se. No haría bien mi trabajo ni soportaría bien ver el sufrimiento,como testigo/espectador. Otra cosa es si la guerra es tuya, es tu país tu gente, entonces a lo peor acababa disparando granadas de mortero de 80mm que reventasen jóvenes inocentes.
    Eso de ser testigo de situaciones simpre tiene la dualidad perversa de quién explica historias que es neceseario que sean contadas y por otra parte un cierto aprovechamiento del sufrimiento ajeno para hacer tu trabajo.
    El mundo y la vida son muy complejos para explicarlos con solo dos colores. Está lo de la infinita gama de matices, grises y colores, y aún así, nadie lo entiende del mismo modo.

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  8. Lo interesante sería contraponer los puntos de vista de la víctima del ataque y del periodista. Y, a partir de ahí, que cada uno extrajese sus conclusiones.

    La pregunta que dejas hoy en el aire es "la pregunta". Y creo que nadie puede responderla hasta que esté allí y en esa situación. Y quizás, después se arrepienta (o no) de su decisión. Porque creo que es una de esas situaciones que nos descubren, que nos dejan desnudos ante nuestro verdadero ser. Y quizás no nos guste aquello que vemos.

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