sábado, 28 de agosto de 2010

Carta a un sobrino.

Y de repente, internet se convierte en la isla del tesoro.
La semana pasada, navegando por la red de visita por mis web´s y blogs preferidos, encontré en el blog de José Manuel Navia una invitación para visualizar en youtube la carta que el fotógrafo de Magnum Sergio Larrain había escrito en 1982 a su sobrino cuando este le comunicó su deseo de ser fotógrafo.
Me pareció tan maravillosa que le robé una hora a la cotidianidad para transcribirla y así darle luz en TWS.
Ahora os toca a vosotros ganar unos minutos al día para gozar con este escrito. No os arrepentiréis.


" Miércoles.
Lo primero de todo es tener una máquina que a uno le guste. La que más le guste a uno, porque se trata de estar contento con el cuerpo, con lo que uno tiene en las manos y el instrumento es clave para el que hace un oficio y que sea el mínimo, lo indispensable y nada más.
Segundo. Tener una ampliadora a su gusto, la más rica y simple posible. En 35mm, la más chica que fabrica Leitz es la mejor, te dura para toda la vida.

El juego es partir a la aventura como un velero, soltar velas. Ir a Valparaíso, o a Chiloé, o por las calles todo el día. Vagar y vagar por partes desconocidas y sentarse cuando uno está cansado bajo un árbol. Comprar un plátano o unos panes y así tomar un tren. Ir a una parte que a uno le tinque y mirar.
Dibujar también, y mirar. Salirse del mundo conocido, entrar en lo que nunca has visto. Dejarse llevar por el gusto. Mucho de ir de una parte a otra por donde te vaya tincando. De a poco vas encontrando cosas y te van viniendo imágenes y como apariciones las tomas.

Luego que has vuelto a la casa, revelas, copias y empiezas a mirar lo que has pescado. Todos los peces y los pones con su scotch al muro. Los copias en hojitas tamaño postal y los miras. Después empiezas a jugar con las “eles” a buscar cortes, a encuadrar y vas aprendiendo composición, geometría. Vas encuadrando perfecto con las “eles” y amplías lo que has encuadrado y lo dejas en la pared, así vas mirando para ir viendo. Cuando se te hace seguro que una foto es mala, al canasto altiro. La mejor la subes un poco más alto en la pared. Al final guardas las buenas y nada más. Guardar lo mediocre te estanca en lo mediocre. En el tope nada más lo que se guarda, todo lo demás se bota, porque uno carga en la psiquis todo lo que retiene.

Luego haces gimnasia, te entretienes en otras cosas y no te preocupes más. Empiezas a mirar el trabajo de otros fotógrafos y a buscar lo bueno en todo lo que encuentres: libros, revistas, etc. y sacas lo mejor, y si puedes recortar, sacas lo bueno y lo vas pegando a la pared al lado de lo tuyo y si no puedes recortar, abres el libro o la revista en las páginas de las cosas buenas y lo dejas abierto en exposición.
Luego lo dejas semanas, meses. Mientras te dé, uno se demora mucho en ver pero poco a poco se te va entregando el secreto y vas viendo lo que es bueno y la profundidad de cada cosa.

Sigues viviendo tranquilo, dibujas un poco, sales a pasear y nunca fuerces la salida a tomar fotos porque se pierde la poesía. La vida que ello tiene se enferma. Es como forzar el amor o la amistad, no se puede. Cuando te vuelva a nacer puedes partir en otro viaje, otro vagabundeo a Puerto Aguirre. Puedes bajar el Baker a caballo hasta los ventisqueros desde Aysén. Valparaíso siempre es una maravilla. Es perderse en la magia, perderse unos días dándose vueltas por los cerros y calles y durmiendo en saco de dormir en algún lado en la noche y muy metido en la realidad, nadando bajo el agua que nada convencional te distrae, te dejas llevar por las alpargatas lentito, como si estuvieras curado por el gusto de mirar, canturreando, y lo que vaya apareciendo lo vas fotografiando ya con más cuidado. Algo has aprendido con el componer y cortar y así se sigue. Se llena de peces la carreta y vuelves a la casa.

Aprendes foco, diafragma, primer plano, saturación, velocidad, etc. Aprendes a jugar con la máquina y sus posibilidades y vas juntando poesía, lo tuyo y lo de otros. Toma todo lo bueno que encuentres, bueno de los otros. Hazte una colección de cositas óptimas, un museito en una carpeta,
Sigue lo que es tu gusto y nada más. No le creas más que a tu gusto. Tú eres la vida y la vida es la que se escoge. Lo que no te gusta a ti no lo veas, no sirve, tú eres el único criterio pero ve de todos los demás.

Vas aprendiendo.
Cuando tengas una foto realmente buena la amplías, haces una pequeña exposición o un librito. Lo mandas a empastar y con eso vas estableciendo un piso. Al mostrarlas te ubicas de lo que son según las veas frente a los demás, ahí lo sientes.
Hacer una exposición es dar algo, como dar de comer. Es bueno para los demás que se les muestre algo hecho con trabajo y gusto. No es lucirse uno, hace bien, es sano para todos y a ti te hace bien porque te va chequeando.
Bueno, con esto ya tienes para comenzar.
Es mucho vagabundeo, estar sentado debajo de un árbol en cualquier parte. Es un andar solo por el universo. Uno nuevamente empieza a mirar, el mundo convencional te pone un biombo y hay que salir de él durante el periodo de fotografía.

Sergio Larrain, Chile 1.982."


AMÉN

13 comentarios:

  1. El mes pasado yo también me tomé la molestia de transcribirla en mi blog. Es una gran carta, transmite a la perfección el placer de vagabundear por donde a uno le tinque.

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  2. Es muy bueno que cosas como estas aparezcan en el mayor número de sitios posibles. Gracias Jordi.

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  3. Sergio Larrain podría haber continuado así su carta:
    Jueves
    Búscate buenos maestros
    (Por aquí cerca encontrarás algunos)

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  4. No está mal de vez en cuando mirar atrás, a lo más básico del aprendizaje, para poder ver y corregir ciertos vicios que algunos adquirimos a lo largo del viaje casi sin darnos cuenta.

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  5. Tal como lo explica Larrain, al final todo es más sencillo de lo que parece. Lo que pasa es que nos gusta llevar todo al vacuo terreno del ¿Qué cámara, qué óptica, qué Photoshop?
    Sal a la calle, ten buena cultura visual y disfruta.

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  6. Es hermoso.

    Desde el punto de vista del trabajo para prensa es imposible aplicarlo, claro, pero se podría adaptar. Es una propuesta, a ver qué decís...

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  7. Como bien dices, aplicarla al trabajo es difícil pero recojo la propuesta e intento hacer algo con ella.

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Muchisimas gracias por la transcripción, por compartirla, y por todo lo que podemos aprender de ella los que somos aprendices de principiantes... La guardaré como un tesoro en mi museito.

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  10. Bonita carta y buena invitación para hacer aquello con lo que uno se siente agusto.

    Sobre el tema del material, siempre sale a la palestra pero, en efecto, a veces perdemos la cabeza.

    Un saludo

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  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  12. Lo simple y básico muchas veces es lo más profundo, pienso que la fotografía es ante todo poesía, poesía que también nos sirve para cualquier faceta de la vida... genial carta...
    La compartiré en mi blog, como dices, David, que aparezca "en el mayor número de sitios posibles"...

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  13. Yo añadiría visita,mira y observa lo que te muestran los maestros en la red,entenderás como todo en la vida tiene varias formas de ser observadas e interpretadas.Gracias.

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