martes, 31 de agosto de 2010

La conversación con José María.

He tenido la inmensa suerte de crecer profesionalmente al lado de grandes fotógrafos, entre ellos José María Alguersuari.
A estas alturas sobran presentaciones. Él ha sido uno de los principales baluartes del fotoperiodismo español, precursor absoluto de la modernidad en la fotografía deportiva en nuestro país. En palabras de Pepe Baeza: "Es una de las referencias más clásicas de la fotografía de prensa en Barcelona. Su forma de hacer marcó pautas y sirvió de modelo a buena parte del colectivo profesional".
A raíz de la carta de Sergio Larraín que publiqué recientemente, el pasado domingo tuve una interesante conversación con José María.
Me comentó que le había gustado ese texto pero también se preguntaba que le hubiera dicho actualmente Larraín a su sobrino, considerando el mal momento que pasan los soportes donde tiene cabida el fotoperiodismo.
A raíz de esa duda, escribió una carta que me mandó. Al leerla pensé que ubicarla en los "Comentarios" podía quedar excesivamente escondida así que le propuse publicarla en un artículo para que su lectura pudiera ser mayor.
Independientemente de estar de acuerdo o no, consideraba que podía ser interesante tratándose de un profesional de su talla, galardonado con infinidad de premios, entre ellos el de mejor fotógrafo del año en 1990.
La carta decía así:

David,
Hace 50 años como sabes, yo comencé hacer fotos - era casi un niño- para venderlas y... poder vivir de ellas. El "arte", si apareció, no estoy muy seguro de eso, vino después de fastidiar muchas fotos.
Esta entradilla tiene que ver con esa carta, bella y poética. Pero la cuestión para mí, es si el sobrino quería consagrarse a la fotografía como afición ...o ganarse la vida con ella.
Si ocurrió lo primero, es posible que pudiera dedicarse a " hacer gimnasia, entretenerse en otras cosas y no preocuparse mas "-como le expresa su tío ,el fotógrafo ,porque se supone que tendría algún otro medio de mantenimiento.
Si por el contrario lo que estaba buscando era abrirse una puerta en el mundo profesional de 1982 ,entonces, la carta hubiera sido un buen respaldo de ideas ,pero poco determinante ,porque....en esa época no solo los fotógrafos de Mágnum estaban encantados de la vida - también muchos foto-periodistas españoles que tu conoces- porque publicaban, cobrando en muchas ocasiones compensaciones económicas importantes por sus reportajes y sobretodo había trabajo, incluso para el sobrino. (siempre quedaba alguna excepción). Fueron unos años ,finales de los 70 y primeros de los 80, en los que se abrieron nuevos campos -diarios y revistas nuevas- y en que aparte de bien pagados ,los fotógrafos, teníamos una buena consideración por parte de los medios que dignificaba la profesión.
Pero, ! ah !, querido David, los fotógrafos de Mágnum ya no sonríen. Y tampoco los que luchan en abrirse paso entre las tinieblas de la crisis - yo creo que se ha convertido en un cambio económico social mas complejo.
Los fotógrafos vendíamos en esos años una sencilla diapositiva, por ejemplo de la Sagrada Familia por 20.000 pts. (130 euros) ,y si colocábamos 5, ganábamos mas que el sueldo mensual fijo de un periodista de entonces.( ¿ Vendrá de ahí ese desencuentro de algún compañero de pluma con las secciones de fotografía en las redacciones?
Quizás sorprenda con ese lado mercantilista ,pero la carta de Larrain tiende a producirme una leve sonrisa de ingenuidad desde la distancia histórica y hace remover mi lado mas malévolo en forma de una sola pregunta:
Cuando los organizadores del Visa francés intentan escapar de la masificación reiterativa de imágenes , intentando sobrevivir entre los escombros de Photoshops desproporcionados ,cuando el vecino de enfrente te enseña unas fotos suyas hechas en Fuengirola a las 2 del mediodía en plena canicula, que le han publicado en la revista "Sol, Sombra y Viajes" a cambio de un billete Ryanair de 28 euros a Tenerife,cuando los medios han congelado prácticamente las colaboraciones fotográficas, cuando lo máximo que viaja un enviado especial "pagando" el diario es a Santa Coloma de Gramanet y en metro,cuando a nadie le interesa publicar ni en exclusiva una masacre de cuarenta millones de chinos muertos por que se las ha caído una montaña encima y tu estabas allí, cuando los fotógrafos de bodas regalan la idem a cambio de "a ver si se quedan unas copias",cuando...
Cuando hoy,en el año 2010,un estudiante de fotografía o sin ir mas léjos, el propio sobrino de Sergio Larrain, le preguntara como se podría ganar la vida dignamente,-no muy, muy dignamente, solo un poco-,como fotógrafo,...¿que le diría? ¿Le contestaría con esa misma carta?
Recuerdo una anécdota del malogrado amigo y gran fotógrafo Miserachs .La he maquillado un poco pero mas o menos sucedió así.
Durante una fiesta ,se le acerco una señora de la alta burgesia y le dijo:
!Ay, Miserachs!, !Tendría que usted que venir a la cacería que dan los Sres De Ayala. !No sabe que belleza de lugar! !Las fotos tan bonitas que podría hacer! !Unas puestas de sol fabulosas! !Unos bosques maravillosos!
El gran fotógrafo, que era muy educado, mirando de reojo y con disimulo a los lados ,le contestó: Pero...¿Quien me las compra?
Larrain al final le dice a su sobrino, como si fuera una premonición:
"El mundo convencional te pone un biombo".
¿A que se refería? ¿A la fotografía digital? .


Antes que aportéis vuestra opinión, quisiera ofrecer la mía.
Si algo ha caracterizado a José Maria, y eso que es un soñador empedernido, es su empeño en dejar al menos un pie en el suelo y afrontar las cosas con cierta frialdad.
En la carta plantea preguntas que sus respuestas son interesantes. Por otro lado considero que la carta de Larraín, a pesar de haber sido escrita haca casi treinta años, tiene una vigencia absoluta ya que, a mi entender, lo que está transmitiendo a su sobrino es el amor hacia un oficio.
Son textos repletos de amor hacía la fotografía y que ahora más que nunca son necesarios. Son como tomar un "Gelocatil" cuando a uno le duele la cabeza. Su lectura puede convertirse en un remanso de paz tras un día de locos en la redacción. Una forma más de aferrarnos a la "lírica" para los que todavía vivimos la fotografía como una pasión.

La carta de José María me parece una reflexión necesaria sin que ello signifique desbaratar la carta de Larraín, porque sé que en muchas ocasiones, "Alguer" también ha partido a la aventura como un velero, ha vagado por partes desconocidas y se ha sentado cansado debajo de un árbol.

11 comentarios:

  1. Me han gustado las dos cartas. Sin dinero no hay profesión y sin pasión por lo que uno hace, tampoco.

    Está bien eso de que teniendo constancia, honestidad y talento, uno termina abriéndose un hueco. Pero es que antes ese hueco te daba de comer y hoy día no está nada claro. Así, uno se plantea si merece la pena molestarse incluso en intentar publicar, y buscar financiación alternativa.

    Pero uno hace fotos para que las vea el mayor número posible de personas así que, como dirían los ingleses, es una lost-lost situation.

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  3. Sinceramente, considero que tu reflexión final es un acierto. La carta no se debe comparar con la reflexión de tu colega.

    Si yo fuera fotógrafo profesional me sentiría orgulloso si un familiar mío me hubiera escrito algo así siendo yo niño. Le tendría un cariño especial a la carta y la custodiaría con el mayor de los celos.

    La carta de José María es una reflexión actual sobre la fotografía desde la profesión de periodista. La acepto, entiendo la preocupación y lamento la situación en que vive tanto artista fotográfico.

    En cuanto al gelocatil, ojalá os sirva para eso. En estos tiempos son muy necesarios los resortes anímicos, pues deprimirse es demasiado tentativo.

    No hay mal que cien años dure, y "si se agrupan los esfuerzos se sale de esto", y de todo.

    Ánimo.

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  4. Qué punto de realidad tan bien traído.

    ¿Acaso no andamos los fotógrafos siempre vagando entre estas dos cartas?

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  5. Desde mis 63 años,llevando a gala toda mi vida ser aprendiza, de ese oficio, donde se aprende a mirar,y a saber lo costoso que es ver... Siento que esa carta de tío a sobrino, es toda una declaración de amor a la labor de tantos magos,que sin partitura alguna ejercen su profesión, como el panadero, amasando imagenes, con toda la pasión de la que son capaces... Tu de eso,sabes mucho...

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  6. Con los tiempos que corren no le aconsejaría a mi sobrino que se dedicara a esto, por mucho que le gustara. Si quiere ganar pasta gansa no hay nada como hacerse dentista, pescatero o mejor aún, político. Estos últimos además están a salvo de las crisis.
    Lo de querer ser fotógrafo es un sueño romántico adolescente que algunos nos empeñamos en perseguir, nada aconsejable para personas que estimemos.
    Magnífica entrada, como siempre.

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  7. En mi posición de estudiante, es decepcionante ver como cada día las esperanzas de vida en este mundo se van acortando por innumerables obstáculos, sin contar que de pronto te das cuenta lo difícil que es ganarte la vida con esta profesión en la que pocos pueden obtener un beneficio económico lo suficientemente bueno para sobrevivir. En cuanto a las cartas creo que son las dos caras de una misma moneda, es la realidad del fotógrafo en que la dicotomía entre la pasión y la verdad se hacen presente todo el tiempo creando esa incertidumbre de futuro.
    Ya que ustedes cuentan con mayor experiencia me gustaría saber cual sería la solución para este problema, ¿La reivindicación del fotógrafo como un trabajador tan competente como cualquier dentista, medico o político?, ¿Abrir las fronteras del mercado de la fotografía? o por el contrario ¿Cerrar aún más este mercado para que sea más fructífero o enriquecedor ser fotógrafo?.. Supongo que esto no tiene cura.
    Aunque mi experiencia sea ínfima, creo que el esfuerzo y el desempeño en cualquier disciplina sea o no artística al final tiene su recompensa, por lo cual no dejaré de perseguir ese “sueño romántico de adolescente”, que ya me ha costado mucho y sé que me seguirá costando cada vez más.

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  8. Aplicado a cualquiera de las bellas artes tenemos este mismo conflicto. Cuántos directores de cine, pintores, escultores, dibujantes, escritores, músicos...han tenido que dejar de lado lo que les apetecía hacer por lo que les pedían y pagaban?

    La duda sigue existiendo, cómo aplicar la poesía de la carta al sobrino en el mundo laboral, si es que se puede!

    Me imagino que, para empezar, saldría un buen experimento si, en una rueda de prensa de un político, tdo@s l@s fotógraf@s dejaran de seguir al personaje, y deambularan buscando otro punto de interés relacionado.
    El político se quedaba de piedra, seguro!

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  9. Muchas veces tengo estas mismas largas conversaciones con Alguer.
    Jose María,un fuerte abrazo

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  10. Mis sensaciones son extrañas. ¿Cómo puedo privar a alguien de vivir el sueño que yo he vivido? (Que estoy viviendo)
    Pensándolo friamente, sin duda no animaría a nadie a tirarse al vacío. Pero con el corazón: nada comparable a la sensación de libertad que se tiene durante la caída.

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